No importa quien, o quienes fueron los primeros que tuvieron la idea de recortar el financiamiento a los partidos políticos. Lo que interesa es que esa idea, y la iniciativa que hoy se propone ha sido bien recibida.
¿Quien o quienes se colgarán la medalla para ampliar su clientelismo? Eso, a la nación le importa un pito, pues de aprobarse y convertirse en ley, corregirá, en alguna medida, los dispendios y las corruptelas de varios partidos; aunque, lo ideal sería que las instituciones políticas no recibieran dinero alguno del erario público.
La reacción del PAN y PRD al respecto, fue de apoyo, pero a condición de que se realice una sólida reforma electoral, a fin de corregir las desviaciones de los partidos políticos, que olvidaron las causas sociales como la educación, el empleo, los niveles de vida, el desarrollo económico, la seguridad, y la corrupción, en todos los órdenes de gobierno.
Reducir un 50% el financiamiento multimillonario a los partidos políticos, a través de una reforma electoral a ultranza, significaría suprimir derroches y frivolidades en un sistema político que ya no funciona.
En consecuencia, una vez aprobada la reforma electoral y el recorte del 50% del financiamiento a las instituciones políticas, correspondería a los dirigentes partidistas proporcionar la grasa para mover los ejes partidistas. No al gobierno en turno, no a la nación, sino a los que les interesa hacer política, pero con sus propios medios.
Dejar atrás el sistema electoral vigente es necesario, porque el actual sistema arrastró y ahogó en corrupción a los partidos políticos, y el resultado de ello fue perder la confianza del electorado.
¡Basta! Fue la respuesta de los electores que con su voto entregaron el poder a un solo hombre. Al resto de los partidos los enviaron al basurero.
No sabemos que sucederá con el nuevo gobierno. Lo que si sabemos es que hay tareas urgentes por hacer. Una de ellas es acabar con los grandes dispendios como el que nos ocupa, por ejemplo, a Morena le corresponderán 1, 400 millones de pesos por haber sido ganadora, casi absoluta, de la pasada elección, al PAN 300 millones, y al resto entre 100 y pico de millones de pesos.
Frente a esa montaña de recursos, los líderes de Morena declararon que no necesitan tanto dinero por lo que devolverán gran parte de los recursos al INE, pues 1, 400 millones de pesos es una cantidad que ofende, que causa nauseas al observar la pobreza y miseria en las calles y en los poblados miserables del país donde carecen de todo menos de la miseria que los acompaña las 24 horas del día.
El reto y las propuestas están puestas sobre la mesa, corresponderá a las legislaturas entrantes debatirlas y ponerlas en marcha lo más pronto posible.
Por otro lado, pero siguiendo con el tema de los dineros en exceso, algo se está moviendo en la Suprema Corte de Justicia que tiene inquietos a los ministros, algo para bien que abrirá profundos debates que prometen sacudir, hasta sus cimientos, a una institución que ya no cuadra con los tiempos que ya se iniciaron, y que tomarán cuerpo y forma el 1 de diciembre.
Algo sucederá relacionado con los privilegios y sueldos que disfrutan durante 15 años el Presidente de la Suprema Corte de Justicia y los ministros que la integran:
Sueldo / compensación. = 4,743,537
Prestaciones:
Prima vacacional = 95,475
Seguro gastos médicos = 47,770
Aguinaldo. = 586,317
Seguro de Separación = 528,782
Ayuda de anteojos. = 3,100
Estimulo por antigüedad = 46,154
Seguro de vida institucional = 33,876
Total de prestaciones. = 1,341,474
Pago por riesgo. = 853,223
Ingreso anual bruto. = 6, 938, 234
Los ingresos de Luis María Aguilar Morales, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, elegido en una votación histórica después de 32 votaciones, y más de cuatro horas de sesión, de las cuales, 29 de ellas hubo empate. Finalmente, ante el retiro de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Aguilar Morales fue elegido por cuatro años Presidente de la judicatura federal. El ministro presidente terminará su periodo para el que fue elegido en diciembre de 2018, cuatro años después de haber obtenido jugosos privilegios que lo convirtieron en un hombre millonario y poderoso en la estructura del Poder Judicial.
¿Es justo que un funcionario público cobre ese sueldo millonario y además se le otorguen jugosos privilegios?
Al termino de su presidencia, como ministro continuará disfrutando de privilegios y millonarios sueldos, que, a propuesta del futuro presidente de México, ya no deberán cobrar. Propuesta que ha sido bien recibida por los diferentes sectores de la producción, toda vez que dichos salarios y privilegios ofenden y causan enojo a una nación en la que más de la mitad de la población se debate en la pobreza.