Festejan oaxaqueños a la Virgen de la Soledad

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Con las tradiciones mañanitas que se dejaron escuchar con mariachis, cohetes y bandas de músicas, miles de creyentes festejan a la Virgen de la Soledad, patrona de los oaxaqueños.

Luego de oficiar la misa en honor a la Virgen de la Soledad, el Arzobispo de la Diócesis de  Antequera, José Luis Chávez Botello, llamó a los feligreses a que en estos festejos decembrinas el amor al próximo de debe dar y se debe seguir con la fe, devoción hacia la Virgen de la Soledad, patrona de los oaxaqueños.

En presencia del rector de la Basílica de la Soledad, Nicolás Ramírez, el prelado dijo que esta celebración a la imagen de la Virgen de la Soledad, estrecha lazos de amor y fe de los oaxaqueños que reciben a varios creyentes de otros estados como Puebla, de México y Veracruz. 

Tal como la marca la tradición católica, éste miércoles 18 de diciembre miles de feligreses a la Virgen de la Soledad tras un aniversario más de su aparición de la advocación mariana en la verde Antequera.

En medio del repique de las campañas, de los cantos, los rezos y el olor a lilis, desde el 15 de diciembre los fieles católicos rebozan la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad en este festejo anual que se lleva a cabo desde 1617 donde los católicos celebran la aparición de la Patrona de los Oaxaqueños.

Con rostros llenos de fe, los creyentes de las Ocho Regiones de Oaxaca, llegan en peregrinación a este recinto para agradecer a la imagen los favores recibidos durante toda una vida, por lo que llenos de regocijo y con el corazón en la mano permanecen durante horas frente a la virgen.

Allá, el retumbar de los cohetes, la música, el olor de las flores y de incienso invaden cada rincón de la Basílica de la Virgen de la Soledad.

La Basílica de la Soledad fue testigo de un cúmulo de emociones que sólo apreciarse cuando el amor de un hijo a o hija se manifiestan ante una madre. Fue desde ese entonces del año 1617 que los católicos celebran la aparición de la Virgen la Patrona de los Oaxaqueños, misma que fue construida al finales del Siglo XVII.

En ese entonces, estudiantes del valle oaxaqueño encabezaron los cantos en esta misma Basílica visitada en 1979 por el Papa Juan Pablo II, donde un altar enmarca a la Virgen de casi dos metros de altura y tres siglos de antigüedad.

Con réplicas en menos escala, veladoras apunto de apagarse y flores sin aroma, los fieles festejaron 3 mil 96 años que vienen celebrado los oaxaqueños y cumpliendo una promesa más.