Los acordes de una banda de viento tocaba sin descansar. Bajo sus hombros un indiscutible peso, el semblante de auxilio y más de una plegaria así, así arribaban los fieles católicos a la capilla de la Virgen de Juquila a la agencia de San Juan Chapultepec.
Como todos los años, las calles fueron abarrotadas por los negocios. Las humeantes ollas de café y chocolate invitaban a más de uno. Después de una larga travesía era necesario no sólo reconfontar el alma sino también el corazón.
Postrada en el altar, se veía a la Virgen morena que como cada 365 días recibe a miles de fieles. En la explanada del templo católico las mañanitas sonaban, una y otra vez.
Los tamales y el atole no hicieron falta para hacer frente al frío y al cansancio. Mientras culminaba una misa seguía una y otra. Para los creyentes dar gracias no era suficiente, darlo mejor reconfortaba su alma.
Entre plegarias, rezos y mandas transcurre un año más, un cumple años más de la Virgen de Juquila en este santuario, mientras que el Santa Catarina la gente se ha avalanzsdo para dar gracias y también para pedir su auxilio.
Carina García
