Resistir el impulso de entrar en Facebook o Twitter para ver si hay actualizaciones cuesta más que decir no a un cigarro o a una bebida con alcohol. Así lo asegura un estudio sobre los deseos cotidianos de la gente realizado por la Booth School of Business de la Universidad de Chicago y del que se hace hoy eco el diario británico The Telegraph.
Facebook y Twitter son las redes sociales más populares del momento, a las que se puede estar conectado las 24 horas del día con los teléfonos inteligentes o las tabletas. Entrar en el perfil de Facebook para comprobar si alguien ha comentado un estado o ha publicado una foto, así como consultar las menciones en Twitter o los tuits de los seguidores, se han convertido ya para muchos en acciones diarias tan comunes como dormir o comer.
Una encuesta realizada a 250 personas concluye que dormir y el sexo son los deseos más poderosos en el día a día, pero el trabajo y acceder a las redes sociales son los impulsos más difíciles de frenar, porque también son los más fáciles de satisfacer. Esto último por detrás del alcohol y el tabaco, que provocan niveles mucho más bajos de deseo, pese a crear adicción.
El responsable del estudio, Wilhelm Hofmann, recomienda aguantar las ganas, pues así se fortalece la voluntad y cada día va disminuyendo el impulso de “caer en la tentación”.
Al respecto, un estudio similar de la Escuela Católica de Economía y Negocios de Lisboa aseguraba que contener las ganas de comer ayuda a controlar la cantidad de alimentos que engullimos para sentirnos satisfechos. Los autores del trabajo concluyeron que las personas que evitaban el impulso primero de tomarse una bolsa de patatas durante un ensayo que duró una semana siguieron ingiriendo menos cantidad que aquellos que se comieron esos tentempiés inmediatamente.
El País