
Diana Mendez
El pasado 26 de mayo, Eliza Cruz Hernández, una joven mujer mazateca de 28 años, salió de su casa en la comunidad de San Isidro, San Lucas Zoquiapam, para atender un problema relacionado con el suministro de agua potable. Nunca volvió. Días después, su cuerpo fue localizado; fue víctima de violencia sexual y posteriormente asesinada.
Eliza era madre de dos niñas pequeñas, de seis años y ocho meses. Su feminicidio ha conmocionado a la comunidad y ha encendido nuevamente las alarmas en Oaxaca, donde persiste una grave crisis de violencia feminicida.

“A Eliza no la mató solo un agresor: la mató un sistema que no protegió, que ignoró las alertas, que calló, que permitió. La mató la indiferencia. La mató el machismo”, expresaron familiares y mujeres de la comunidad durante las movilizaciones que han tenido lugar en la región.
Este crimen no es un hecho aislado. De acuerdo con cifras del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos, 239 mujeres han sido asesinadas en Oaxaca del 1 de diciembre de 2022 al 2 de junio de 2025, durante el actual sexenio. Tan solo en los primeros cinco meses de este año, 35 mujeres han sido víctimas de feminicidio en la entidad.
Ante la exigencia de justicia, familiares, amistades y habitantes de San Isidro bloquearon la carretera federal 185 Huautla–Teotitlán, como medida de presión para que el caso no quede impune. Demandaron que las autoridades investiguen con perspectiva de género, garanticen verdad, justicia y reparación, y que se rompa con el ciclo de impunidad que ha rodeado casos similares.
La comunidad recordó también el caso de Rosenda R.Z., adolescente de 16 años, quien el 1 de enero de 2021 fue localizada sin vida horas después de haber salido de su casa en San Isidro para realizar un pago de luz. Su muerte, denunciaron, sigue sin ser esclarecida.
Organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos y colectivas feministas han comenzado a difundir el caso bajo la consigna: #JusticiaParaEliza.







