El arzobispo de Oaxaca José Luis Chávez Botello llamó a quienes protagonizan el conflicto en Juquila Mixes a ceder en sus posturas y al gobierno estatal garantizar la seguridad de los pobladores.
En este sentido alertó sobre la situación que se vive en esta zona de la entidad en donde más de 300 niños sufren las consecuencias de enfrentamientos territoriales.
A principios de este mes una persona fue asesinada en la agencia de Guadalupe Victoria por presuntos conflictos electorales pero encendió la alarma ante la disputa que comunidades aledañas mantienen con San Juan Juquila Mixes.
Los que viven en pobreza y hambre se alegran por tener lo indispensable, donde domina la violencia y guerra se anhela más la paz. En Oaxaca los conflictos sociales son una realidad permanente por hambre, miseria, por injusticia social hay desplazados por la violencia, reprochó el obispo.
“Es una vergüenza que algunos tengan miedo de perder comodidad y privilegios a costa de la mala educación y violencia”, expuso el jerarca católico quien expuso que se debe garantizar la integridad de los pobladores de esta zona así como de la Costa y otros.
Los hechos las últimas semanas nos están descubriendo una realidad que por décadas no le dimos importancia ni afrontamos en sus causas, expuso Chávez Botello al mostrar su preocupación por los hechos de violencia.
“La realidad se ocultaba por diferentes razones y hasta por intereses; se cometieron grandes errores que alimentaron la ambición, la corrupción, la impunidad y en consecuencia el deterioro económico, político y social que hoy vivimos todos”.
En el horizonte se ven nubarrones y hasta huracanes peligrosos la frustración, la violencia, la irritabilidad y desesperación son palpables, alertó el párroco.
Por lo que urgió una revisión y restauración general desde los cimientos no hay otra salida; en primer lugar sembrar y fortalecer la esperanza. “Donde falta la esperanza todo se oscurece y se cuestiona, los valores ae debilitan y distiecuonan. El amor y la vida se degradan”.
Basta ver al rededor los rostros de desaliento, poco interés de participar en el bien común, impotencia, crimen organizado, drogadicción.
“La confianza y sobre todo en Dios es motor firme para caminar hasta la neta aún en medio de dificultades”, expuso al manifestar que ayuda incluso a transformar conflictos en oportunidades de crecimiento.
Carina García/Libertad-Oaxaca.info