De lo usual a lo inusual, así pudo calificar la excesiva seguridad que se apreció en las instalaciones del Congreso del Estado, previa a la iniciación del décimo periodo extraordinario de sesiones, en tanto como es usual los diputados locales llegaron con 8 horas de retraso.
Para los visitantes, fue toda una sorpresa ver al menos 100 elementos policiales, al parecer preventivos en las instalaciones del Congreso del Estado, incluso los propios trabajadores se mostraron extrañados que hubiera tal dispositivo de seguridad, sobre todo que no había protesta alguna
Los elementos vestidos de civil, pero fácilmente reconocidos por su corte de cabello, recibían órdenes de varias personas, al parecer mandos, que portaban nada discretos radios de comunicación tipo “Matra” y algunos de ellos con “cangureras” negras donde fácilmente se podía apreciar el arma de cargo.
Los elementos distribuidos estratégicamente se encontraban en todos los accesos al Poder Legislativo, lo mismo que en los dos estacionamientos y el Recinto de Plenos, y en las oficinas de los diputados, principalmente de oposición.
Al final ninguno de los diputados, menos de presidente del Congreso, incluso algunos elementos de seguridad indicaron que descocían porque los habían mandado al Congreso, pero que había sido una orden “superior”.