* Evitemos que en la entidad oaxaqueña ocurran dramas humanos como el vivido en el Hospital General Las Américas en Ecatepec, Estado de México, por falta de información asertiva, adecuada y oportuna.
*El Gobernador Alejandro Murat y el Secretario de Salud Donato Casas no deben olvidar que no se puede tapar el Sol con un dedo. Indispensable es airear la información de manera transparente y objetiva.
El proceso de creciente globalización nos cambió la vida con sus claroscuros. Abrió las puertas a la revolución informática, liberalización económica y democratización en la cultura jurídico-política.
Igual ocurrirá con la devastación provocada por la prefabricada pandemia SARS-COV2-COVID-19. Clamamos al Cielo que sea para bien de todos. Y que la crisis económica sea una catarsis global.
La globalización impuso nuevos esquemas y paradigmas de eficacia y eficiencia en la gestión de resultados. Lo mismo en las competencias del quehacer del sector público que privado y social.
La misma democracia liberal está sujeta a parámetros de calidad, fundamentalmente de vigencia y respeto al Estado de Derecho, privilegiando la transparencia y rendición de cuentas del gobierno.
Según O’Donnell, “la democracia no es tan sólo un régimen democrático, sino también un modo particular de relación, entre Estado y ciudadanos y entre los propios ciudadanos, bajo un tipo de estado de derecho que, junto con la ciudadanía política, sostiene la ciudadanía civil y una red completa de rendición de cuentas”.
En la prestación de servicios de salud la ambiciosa meta es garantizar la calidad, pero sobre todo la calidez, en la atención de la salud. Son los mayores y mejores indicadores de eficiencia y eficacia.
Los Servicios de Salud de Oaxaca están obligados a evitar agravar la tragedia de la pandemia por COVID-19. Las muertes por el contagio del nuevo coronavirus es ya de suyo una tragedia global.
Evitemos que en la entidad oaxaqueña ocurran dramas humanos como el vivido en el Hospital General Las Américas en Ecatepec, por falta de información asertiva, adecuada y oportuna.
El Gobernador Alejandro Murat y el Secretario de Salud Donato Casas no deben olvidar que no se puede tapar el Sol con un dedo. Vital es airear la información de manera transparente y objetiva.
Son altamente positivos los esfuerzos del gobernante y del servidor público para ampliar la cobertura con el apoyo de personal médico de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Ésta tendrá a su cargo la Unidad de Servicios para Pacientes por COVID-19, en el Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, ubicado en el municipio conurbado de San Bartolo Coyotepec.
En una primera etapa se dispone en la Unidad en cuestión de 30 camas, de las cuales 16 son para hospitalización y 14 para terapias de aislamiento con el equipo especializado necesario.
En entrevista a Patricia Briseño de Excélsior, Murat dijo que también se dispone de 40 médicos y 60 personas de enfermería que están debidamente capacitadas para atender este tipo de casos.
Se contará con áreas de hospitalización, de urgencias y servicio de rayos X, además de laboratorio y un área de consulta para la valoración de los contactos de los pacientes que sean ingresados.
Para ser atendido en ese hospital, deberá ser canalizado por el Centro Regulador de Referencias para pacientes graves, positivos a la prueba de COVID-19 y que presente dificultad respiratoria.
No basta per se garantizar la calidad en la atención de la salud, si no hay una alta carga de calidez.
Y ésta, obligada y necesariamente, pasa por la aduana de la calidez humana en el modo del trato.
Calidez en servicios de salud, es la manera “cálida” en que los pacientes y sus familiares perciben cómo fueron tratados en cada una de las etapas de la atención. Más cuando muchos morirán.
El trato va desde quienes atienden en la recepción, hasta los médicos de los servicios más especializados. Lo contrario, es una atención indiferente o displicente; con desgano o desdeño.
La calidez puede entenderse como empatía, y en este caso como la identificación de una persona con otra, cuyas relaciones se fundan en el respeto, la amabilidad y la confidencialidad.
La empatía tiene origen en la comunicación asertiva entendida como la actitud positiva entre quien brinda el servicio y quien lo recibe y dar valor a las ideas, aunque no sean plenamente compartidas.
Un servicio de calidad en salud es el que logra la satisfacción de las personas, porque alcanza sus expectativas en cuanto a trato, diagnóstico, procedimientos y solución de un determinado problema.
La tecnología por sí misma no es un factor de calidad, si ésta no se complementa con un trato personalizado, y una sincera preocupación por la salud y necesidades de los pacientes.
“Trata a los demás como quieras que te traten” es un principio moral simple y sencillo que ha trascendido diferentes generaciones. Pero que frecuentemente olvidan los servidores públicos.
Como todo conocimiento comienza con la experiencia, a decir de Kant, toda experiencia favorable que tengan los ciudadanos de un servicio prestado, le llevará a tener un conocimiento positivo de éstos.
Lo contrario, por más cobertura amplia y equipo tecnológico, material e insumos, con que se cuente, aunque frecuentemente faltan en el sector salud, desdice cualquier esfuerzo por la calidad y calidez.
alfredo_daguilar@hotmail.com
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