Evitan calles del centro histórico ante la ¨pesadilla¨ magisterial

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Desde arriba los lunares de colores que simulan las lonas, abajo el cóctel de olores y colores molesta a los transeúntes quienes tratan de evitar a toda costa las calles del Centro Histórico.

Sobre las avenidas, aceras y en cualquier rincón de este espacio considerado como patrimonio cultural de la humanidad sólo quedan las huellas de la destrucción y vandalismo.

Aunque hace unos días, el vocero de la Sección 22 prácticamente trato de deslindarse de los hechos al señalar que se realizan rondas de vigilancia por las noches y que se investigaría quienes realizaron los daños a las lámparas del teatro Macedonio Alcalá y en la fechada de la Catedral Metropolitana, la promesa quedó en eso, en promesa.

Desde los primeros rayos del sol, los olores pestilentes se desprenden de las paredes, de las jardineras y de cualquier lugar del corazón de la capital oaxaqueña.

Los pocos maestros y maestras que se encuentran en la zona improvisan juegos para sus hijos y tratan de aminorar las inclemencias de las altas temperaturas; con periódicos, libros y lo que encuentran tratan de refrescarse.

Más de cuatro calles a la redonda han sido tapizadas con lonas de colores, pero con la ausencia de maestros, muchos de ellos se encuentran dando clases en sus escuelas. Sin embargo, esta pesadilla parece no terminar.

Carina García