Estados Unidos se dejó ayer arrastrar hacia la derecha por la fuerza pendular de unas elecciones de medio término que han puesto fin a la mayoría de los demócratas en la Cámara de Representantes y han impulsado las victorias de candidatos republicanos al Senado que deben su lealtad al movimiento ultraconservador del Tea Party y que ayer mismo anunciaban su intención de frenar la agenda del cambio del presidente Barack Obama.
Los triunfos de los candidatos republicanos al Senado Rand Paul, en Kentucky, y Marco Rubio, en Florida, inauguraron ayer la racha de victorias anunciadas desde la víspera por un Partido Republicano que ha sabido sacar ventaja de la zozobra y la frustración que aqueja a millones de ciudadanos castigados por la recesión y por un índice de desempleo (9.6%) no visto en los últimos 26 años.
Irónicamente, la victoria de los republicanos ha sido posible gracias al elevado grado de rechazo de los ciudadanos (73%) hacia el papel desempeñado por el Congreso en los primeros dos años de la era Obama.
Entre los vencedores republicanos de ayer se incluyen la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, y el senador por ese mismo estado y ex candidato presidencial John McCain, quienes lograron reelegirse gracias a su discurso antiinmigrante —Brewer es la firme defensora de la SB1070—; Dan Coats, en Indiana; John Boozman, en Arkansas; Rob Portman, en Ohio y Ron Johnson, en Wisconsin. Estas victorias contrastaban con la fallida candidatura de otra de las favoritas del Tea Party, Christine O’Donnell, quien sucumbió a manos de su rival demócrata, Christopher Coon, en la carrera senatorial por Delaware.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, pudo renovar su escaño por Nevada al vencer por un margen de menos de cinco puntos a la republicana Sharron Angle, una de las estrellas del Tea Party, según informó CNN. La disputa entre los dos candidatos había estado muy igualada.
Recomposición política
La victoria esperada de los republicanos en la Cámara de Representantes y su avance en el Senado no ha sido de “carro completo”, pero sí de un carácter contundente que augura una sustantiva recomposición del poder legislativo y una era de difícil convivencia con la administración del presidente Obama, quien hoy se dirigirá a la nación para valorar los alcances de una derrota que muchos interpretan como un referéndum contra su liderazgo y su agenda del cambio.
“En esta noche de victoria, tengo un mensaje claro y fuerte para Washing-ton… ¡Vamos a recuperar nuestro gobierno!”, adelantó ayer desde Kentucky Rand Paul, para dejar entrever la oposición sin concesiones que ejercerán los candidatos republicanos que han contado con el respaldo político y financiero del Tea Party.
Aun antes de confirmarse el avance de los republicanos en ambas cámaras, sus dirigentes no han perdido tiempo a la hora de adelantar las prioridades de su recién conquistada mayoría en la Cámara de Representantes, algo no visto desde 2006, cuando sucumbieron a manos de los demócratas en ambas cámaras.
Entre otras de las prioridades, los republicanos no han ocultado sus planes para tratar de revertir las reformas sanitaria y financiera que impulsó y proclamó el presidente Obama.
Una de las primeras medidas será revisar la posible prórroga de las exenciones fiscales que el ex presidente George W. Bush les regaló a algunos de los más ricos y poderosos en Estados Unidos durante su presidencia y que vencen hacia fines de este año.
Además de las elecciones para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, los electores decidieron ayer la suerte de 37 gubernaturas. Al cierre de esta edición, las victorias más significativas se producían en el estado de Nueva York, donde el demócrata Andrew Cuomo conseguía imponerse al republicano Carl Paladino; en Maryland, donde el demócrata Martin O’Malley se reelegía en el cargo y en Virginia Occidental, donde se alzaba con la victoria el demócrata Joe Manchin. Las tendencias de ayer favorecían también a algunos demócratas en las elecciones a gobernador. En California, Jerry Brown obtuvo la victoria sobre la millonaria Meg Whitman, para convertirse en el sucesor de Arnold Schwarzenegger. En Florida, las cifras anticipaban una cerrada batalla entre la demócrata Alex Sink y el republicano Rick Scott.
El Universal