Por los recientes acontecimientos políticos que se están registrando en nuestro país, lo más sensato sería que se le practicará a cada uno de los aspirantes a determinado cargo, ya sea de elección popular o de designación o de los que sea dentro de la administración pública, un estudio psicológico para merecer tal puesto, porque luego a la mera hora de los cocolasos, estos, no saben si es de día o de noche.
Y si a este estudio psicológico le agregamos otro más, como el de la personalidad, para saber si el fulano está preparado para ocupar el puesto que le van a dar. Con ese estudio se sabrá si tiene alguna disposición para hacer tal o cual cosa. Es más, diría por ahí alguien, porqué no de plano, si en eso de estudios estamos, hacerles otro del llamado coeficiente mental, porque luego nos sale cada tipo, ya lo hemos visto, que de plano no le inteligen a nada, y por lo mismo andan dando bocanadas de tristeza sólo de pura incapacidad.
Muchos de estos funcionarios que ocupan cargos sin merecerlo, es frecuente verlos dentro de una pose de interesantes, de encantadores. Como se sienten importantes, toman aires de parecer inteligentes, pero cuando abren la boca, su teatro se les cae.
Si se les hace los estudios en mención, Oaxaca se evitaría muchos problemas, además, ya no saltarían tan fácilmente de una responsabilidad a otra y se le evitaría a la ciudadanía un personaje con poca o nula capacidad.
Muchos de nosotros conocemos casos de señores, entre ellos políticos, burócratas, policías, etc., a quienes se les ha suspendido de su cargo después de demostrar que no la hicieron en su encargo por zonzos o por aquello de los derechos humanos, o por prepotencia o por haberles dado la enfermedad del estrellato.
Creo que un estudio a fondo sobre la personalidad de cada uno de los funcionarios, nos permitirá ver si determinado señor está capacitado para tal puesto, o para saber a dónde conviene mandarlo.
Antier fue uno de esos días vergonzosos para la ciudadanía huajuapeña por culpa de uno de sus regidores. El regidor de agencias y colonias, Grinel Flores Hernández, le pidió a un ciudadano que participaba en la sexta sesión de cabildo abierta, que moderara su lenguaje, pues no era correcto que usara palabras como desparpajo.
El presidente municipal Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, quien se dice escritor, poeta, historiador e intelectual, reforzó la petición del regidor al llamarle la atención al ciudadano para que se condujera con otro lenguaje.
El referido les aseguró no haber utilizado un lenguaje ofensivo en ningún momento.
La poca capacidad de nuestros representantes municipales, no les permitió saber que desparpajo quiere decir desorden, confusión.
Por desgracia, esa es la capacidad de nuestros representantes municipales. Ese es el problema de los que se creen interesantes sólo por el cargo, no por lo que son.
Si el señor presidente de Huajuapan se dice preparado, con los hechos demuestra lo contrario, imagínense cómo estarán los otros.
Pero ni modo, de esa talla son nuestros representantes municipales. ¡Bah!
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