Las constantes marchas y manifestaciones de maestros de la Sección 22 han calado en el sentir no sólo en los oaxaqueños y oaxaqueñas sino también en un sector que ha sido olvidado por las autoridades estatales y federales: los niños y niñas.
Lejos de generar garantías para lograr que el derecho a la educación se respete, se ha caído en una pugna constante por el poder en este sector.
Los niños y niñas han percibido esta situación y han manifestado su sentir ante este hecho diariamente se registra en las calles, carreteras y municipios de Oaxaca, sobre todo en las regiones de Valles Centrales e Istmo de Tehuantepec.
Los maestros deben de realizar sus manifestaciones en sus horas libres y no afectar a los ciudadanos que diariamente tienen que acudir a sus centros de trabajo.
Victoria es una niña de nueve años, estudiante de una de las más de 13 mil instituciones educativas que se ubican en el estado.
“No queremos que los maestros sigan afectando nuestras clases y tan poco a la gente que trabaja”, pidió.
Mientras tanto Paula, de 11 años ha exigido que se respete sus garantías y su derecho a la educación en Oaxaca deben de respetar nuestros derechos, dijo.
Carina García