El país comenzó el sábado a cargar combustible en su primera planta de energía nuclear, un poderoso símbolo de su creciente influencia regional y de su rechazo a las sanciones internacionales diseñadas para evitar que desarrolle una bomba atómica.
La televisión estatal mostró imágenes en vivo del jefe nuclear iraní, Ali Akbar Salehi, y su homólogo ruso observando lo que parecía ser una barra de combustible suspendida desde el techo.
“Pese a todas las presiones, sanciones y limitaciones impuestas por naciones de Occidente, ahora estamos siendo testigos de la puesta en marcha del mayor símbolo de las actividades nucleares pacíficas de Irán”, afirmó Salehi en una conferencia de prensa ofrecida poco después.
Funcionarios iraníes dijeron que tomaría entre dos a tres meses antes de que la planta comience a producir electricidad, la cual generará mil megavatios una vez que alcance su total capacidad, luego de décadas de retrasos y postergaciones.
Rusia construyó y suministró el combustible para la planta de Bushehr, obra que inició la compañía alemana Siemens en la década de 1970, antes de la revolución islámica de Irán.
Expertos dicen que el activar la planta de mil mdd no llevaría a Irán más cerca de armar una bomba nuclear, ya que Rusia suministrará el uranio enriquecido para el reactor y se llevaría el combustible gastado que podría ser utilizado en obtener plutonio para armas.
PAPEL DE RUSIA
Estados Unidos criticó a Moscú previamente en el año por seguir adelante con el proyecto de Bushehr dada la persistente negativa de iraní a detener su programa nuclear.
En junio, Rusia apoyó una cuarta ronda de sanciones del Consejo de Seguridad de de Naciones Unidas y llamó a Irán a suspender sus labores de enriquecimiento de uranio, que según las sospechas de algunos países, podría llevar a la república islámica a obtener arsenal atómico.
“La construcción de la planta nuclear en Bushehr es un claro ejemplo de que cualquier país debería tener la oportunidad de acceder al uso pacífico de material atómico, si cumple con la actual legislación internacional y tiene abierta interacción con la IAEA”, dijo en una rueda de prensa Sergei Kiriyenko, jefe de la corporación nuclear rusa Rosatom.
En sus comentarios, el funcionario ruso hacía referencia a la Agencia Internacional de Energía Atómica, el organismo de supervisión nuclear de Naciones Unidas.
La carga de combustible en Bushehr es un hito en el camino de Irán para obtener la tecnología que según dice reducirá su consumo de sus abundantes combustibles fósiles, lo que le permitiría exportar más petróleo y gas y prepararse para cuando las riquezas minerales del país se agoten.
Muchos países en la región del Golfo Pérsico rica en petróleo están planeando construir estaciones de energía nuclear y la puesta en marca de Bushehr da a Irán una gran ventaja respecto a sus vecinos árabes.
Aunque la mayoría de analistas dicen que Bushehr no aumenta el riesgo de proliferación, muchos países siguen profundamente preocupados por las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán.
Apenas el año pasado, la república islámica reveló la existencia de una segunda planta de enriquecimiento y anunció en febrero que estaba procesando uranio a una pureza del 20 por ciento, desde alrededor del 3,5 por ciento anterior.
La nueva medida acerca al país a los niveles necesarios para desarrollar armas atómicas, superando con creces lo requerido para el suministro de una planta de energía nuclear.