Cuatro insurgentes asaltaron la mañana del martes el Parlamento checheno en Grozny matando a cuatro personas, antes de morir en una operación de las fuerzas de seguridad, un ataque espectacular en esta república del Cáucaso que Rusia no ha logrado pacificar.
El grupo de cuatro rebeldes atacó poco antes de las 05H00 GMT la sede de la legislatura chechena en Grozny, según las autoridades locales y testigos interrogados por la AFP.
Hacia las 07H00 GMT, el gobierno checheno anunciaba haber “liquidado” a los atacantes y el ministerio checheno del Interior agregaba que tres policías encargados de la seguridad del edificio habían perdido la vida, así como un empleado del Parlamento.
“La operación de liquidación de los combatientes y de liberación de los diputados y empleados duró entre 15 y 20 minutos”, declaró el presidente checheno Ramzan Kadyrov a la agencia rusa Interfax.
“Todos los diputados están vivos, fueron evacuados del territorio del Parlamento y se encuentran a salvo”, añadió Kadyrov, quien había hablado durante la mañana con el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, que desencadenó en 1999 la segunda guerra de Chechenia.
Por su parte, el comité investigador de la fiscalía rusa dio una versión ligeramente diferente en un comunicado, señalando tres muertos (dos policías y un civil) y 17 heridos. Según esta fuente, tres hombres atacaron al Parlamento y todos ellos hicieron estallar las cargas que llevaban encima.
“Tres combatientes entraron al complejo gubernamental de Grozny, uno de ellos se hizo explotar en la entrada del Parlamento. Los otros dos entraron al edificio, se atrincheraron en el interior (…) y durante el asalto (de las fuerzas del orden) se hicieron estallar”, indicó dicho comité.
El ministro ruso del Interior, Rashid Nurgaliev, quien desde el lunes se encuentra en Grozny, congratuló a las fuerzas del orden chechenas, según la agencia oficial ITAR-TASS. “El ministerio del Interior de Chechena trabajó de manera profesional”, afirmó.
Por su parte, el portavoz del presidente del Parlamento checheno, Zelim Iajijanov, anunció que todos lo rebeldes habían muerto. “La operación ha terminado, todos los terroristas fueron liquidados”, dijo a la AFP, agregando que él mismo había visto a “cuatro o cinco” combatientes rebeldes.
“Durante la mañana escuchamos disparos en el patio y comprendimos que trataban de tomarnos como rehenes. Subimos a refugiarnos al tercer piso, donde permanecimos hasta el final de la operación”, señaló.
Esta operación de la rebelión que afecta a todo el Cáucaso ruso y que las autoridades moscovitas no han logrado controlar en los últimos 15 años fue la más espectacular en Chechenia luego de un ataque de gran magnitud a fines de agosto contra la aldea natal del presidente checheno.
Después de la primera guerra de Chechenia (1994-1996) entre las fuerzas rusas e independentistas, la rebelión se islamizó progresivamente y se extendió fuera de las fronteras chechenas, transformándose a mediados de los años 2000 en un movimiento islamista armado activo en todo el norte del Cáucaso.
En las repúblicas de esta región montañosa del sur de Rusia, como Ingusetia, Daguestán y Chechenia, se registran casi diariamente ataques, emboscadas o atentados.
Sin embargo, a principios de 2009, el gobierno ruso decidió levantar “la operación antiterrorista” vigente en Chechenia desde hacía casi diez años.
La guerrilla islamista, que quiere instaurar un Emirato del Cáucaso en esta región, se atribuyó entre otros el doble atentado suicida de marzo pasado en el metro de Moscú, que dejó 40 muertos.
AP