Josefina Vázquez Mota llegó partiendo plaza a Salamanca, tierra de panistas, donde fue arropada con frases espontáneas de su público, en una reunión pequeña con pocos cientos de personas.
Mientras ella hablaba sobre la formación de antaño en las familias, donde la disciplina era rígida y muchas veces hasta el lugar del padre en la mesa era “sagrado” y nadie podía sentarse en él, recibió un grito que de inmediato encendió los ánimos.
“Esa silla es para La Jefa”, gritó un hombre asistente al encuentro, haciendo una metáfora con la silla presidencial y aludiendo al sobrenombre que Josefina a manejado en su campaña.
“Claro que esa silla va a ser de mujer”, respondió eufórica, entre los gritos de sus simpatizantes.
Vázquez Mota habló en Guanajuato de todos los temas de su agenda. Aprovechó hasta para felicitar a las madres de la entidad por la proximidad de su festejo del 10 de mayo.
La panista también insistió en que no pactara con el narcotráfico, y en que cuidará a todas las familias mexicanas, como lo hace con la suya.
“Y nos preguntan si las mujeres tenemos valor (para enfrentar al crimen organizado). Imagínense si no lo vamos a tener después de todo lo que hemos enfrentado, después de dar a luz a un hijo, y enseñarle a crecer y a amar la vida.
“Lo digo con toda convicción. Lo digo como política, lo digo como mujer, lo digo como madre de familia. Ay de aquél que se atreva a tocar a uno de nuestros hijos, porque sabrá de qué somos capaces”, amenazó.
La abanderada de Acción Nacional reiteró que los políticos coludidos con el crimen organizado deben ser castigados con cadena perpetua, a lo que varios en el público pedían: “¡cárcel, cárcel!”.
La aspirante presidencial ironizó sobre la necesidad de impulsar la lectura, para que cuando a los niños les pregunten sobre libros “sí sepan contestar”, refiriéndose sin decir su nombre al su rival del PRI, Enrique Peña Nieto. Esta vez introdujo un nuevo elemento al chiste.
“Que los niños hagan su tarea para que cuando sean adultos no quieran que les revisemos también la tarea”, bromeó ante las carcajadas y aplausos de los asistentes. En el debate del domingo pasado, Josefina respondió que no revisaría la tarea de Peña como gobernador del Estado de México, cuando éste la invitó a corroborar que sí había cumplido sus compromisos con los mexiquenses.
No fue la única vez que sus adversarios saltaron en el discurso de la candidata. Se definió aquí, en “territorio azul”, como “Diferente” a los demás aspirantes.
“Mientras en el debate yo veía cruzar acusaciones. Uno le decía a otro de las ligas; el otro le decía al otro de Montiel; el otro le recordaba actos de corrupción; el otro le volvía a mencionar su complicidad y los Moreiras, y los tesoreros fugados con el dinero de los mexicanos.
“Mientras veía ese cruce, no puedo más que venir a ratificar frente a ustedes: por eso soy diferente, porque soy honesta y puedo verlos a los ojos.”
En Guanajuato, el candidato a gobernador, Manuel Márquez, le prometió 1 millón 200,000 votos. Josefina llamó a conseguir eso y más, para asegurar el triunfo el 1 de julio.
Agencias