“No está por demás”, ―dijeran en mi tierra― hacerle una recomendación al próximo gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa.
Como ya comenzaron a circular (cierto o falso, no lo sé) los nombres de los que probablemente integren el gabinete de Murat, es factible que algunos o muchos de estos a unos minutos de la toma de posesión sean borrados de la lista.
Casos similares han sucedido muchas veces a lo largo de la historia, no nada más de Oaxaca, sino del país entero.
En muchas ocasiones el bueno, el de más capacidad intelectual, el de más trayectoria política, es al que lo dejan fuera de la jugada, y en su lugar meten al que lleva en su curriculum los peores antecedentes de corrupción. A veces nadie entiende por qué se toman ese tipo de decisiones.
El gobernador electo Alejandro Murat, está a buen tiempo para hacer lo más sabio que le gustaría ver al pueblo de Oaxaca. Que le practique a cada uno de los que tiene anotados para ocupar determinados cargos dentro de su administración, un estudio psicológico para certificar si tienen la capacidad para merecer tal puesto, pues a las primeras de cambio, estos, no saben si es de día o de noche.
Es tiempo para que Murat Hinojosa tomé las riendas de la entidad acompañado de un equipo de verdadero lujo, no como el que nos presumió Gabino, quien se había rodeado “de los mejores hombres”, y después de un año de no hacer nada, nos dijo que sus muchachitos estaban “en la curva del aprendizaje”.
Estaría bien que a ese estudio psicológico le agregara otro más: el de la personalidad. Con este otro estudio se sabría si el fulano que quiere poner en tal secretaría, está preparado para ocupar el puesto que se le pretende dar. Además, descubriría si tiene disposición para hacer tal o cual cosa.
Y ya que andamos en eso de los estudios, por qué no hacerles otro más: el del coeficiente mental. Por ignorar este examen, han puesto a los hombres con mayor capacidad intelectual en los cargos donde más dinero se maneja, y estos han tenido la habilidad de ordeñar la vaca a su salud, y después de exprimirle las ubres desaparecen de su responsabilidad y con eso se entiende que todo mundo queda contento.
Por no conocer el coeficiente de cada uno de los hombres importantes han caído en responsabilidades que no les corresponden, y eso ha servido para que se les vea con lástima por su incapacidad.
No faltan los funcionarios que ocupan cargos sin merecerlo, y aún así, es frecuente verlos en actos públicos dentro de una pose de interesantes, de encantadores o de perdona vidas. Como se sienten importantes, toman un aire de parecer inteligentes, mientras no abran la boca, claro.
Alejandro Murat está a muy buen tiempo de hacer las primeras acciones positivas como gobernador electo en beneficio de la entidad oaxaqueña.
Si Murat les hace a sus posibles o futuros los estudios en mención, la entidad se evitaría muchos de los problemas que nos puso enfrente Gabino. Así no habría ninguna necesidad de llevarlos de una responsabilidad a otra hasta atinarle a la piñata.
Con un estudio de personalidad a cada uno de los posibles funcionarios le permitirá ver si determinado señor está capacitado para tal puesto, o para saber a dónde le conviene mandarlo.
Muchos de los que quieren formar parte del primer círculo de gobierno lo hacen con la intención de ser alguien, porque reconocen que no son nadie sin un respaldo político o administrativo. Pero sería mucho más trascendente si Murat Hinojosa pusiera sus ojos sobre aquellos hombres que han hecho algo para ser alguien. Estos serían los hombres más valiosos que el gobernador electo nos puede ofrecer a los oaxaqueños.
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