“La conquista del futuro es la tradición estadounidense. Por eso es la tradición del cambio, en tanto que la hispánica es la tradición de la resistencia al cambio, construcciones perdurables y eternas […] La pirámide es la imagen de la inmutabilidad […] Para nosotros el secreto no consiste en llegar antes sino quedarse donde uno esta”. El Peregrino en su Patria. Octavio Paz, p.431.
La realidad se enfrenta con la verdad, más aún, cuando se tiene la responsabilidad de conducir un país.
El 13 de mayo de 1940, Winston Churchill, dijo en la Camara de los Comunes : “No tengo más que ofrecer que Sangre, Sudor, Esfuerzo y Lagrimas”. El Primer Ministro habló con la verdad y el pueblo lo apoyó.
Lo anterior viene al caso por la decisión del Presidente, en el sentido de construir la refinería en Dos Bocas para competir con las 10 más importantes del mundo y, de paso, terminar con la dependencia energética con Estados Unidos.
Para la construcción el Presidente tiene 8 mil millones de dólares, y estará a cargo de Pemex bajo la supervisión de la Secretaría de Energía.
Sin embargo, ese monto no es suficiente para construir una refinería de tales dimensiones; agregando que Pemex y la Secretaría de Energía no tienen la experiencia en la construcción de una infraestructura de tales dimensiones.
Debates, criticas y advertencias, más las decisiones de las cuatro empresas que declinaron participar en la convocatoria para la construcción de la refinería, permitieron que se reconsiderara la decisión por ser inviable.
Ante la realidad de la situación el Presidente optó por hacer cambios financieros en materia energética, que dieron un respiro a la Hacienda y sosiego a las presiones de los acreedores, mismos que aceptaron re-financiar la deuda de Pemex; puesto que es preferible cobrar deudas facilitando las negociaciones que ahorcar a los acreedores.
De acuerdo con ello, decidió que en Dos Bocas se construirán dos refinerías pequeñas; con ese fin se licitará y construirá un tren de refinación de 170 mil barriles diarios, equivalente a la mitad de la producción anteriormente calculada, es decir, 340 mil barriles de petróleo crudo diariamente. La meta a lograr será operar 85 mil barriles diarios de gasolinas y 50 mil barriles de diesel.
En cuanto a la segunda refinería no se tienen los cálculos exactos de factibilidad, aunque se supone que serán conservadores, apegados a las necesidades que la realidad exige, como las refinerías móviles, que son fáciles de mover a donde se necesitan.
Existe otra alternativa viable como es el comprar refinerías fuera de México, sea Brasil o Estados Unidos, incluso, más baratas que los 8 mil millones que se piensan gastar en Dos Bocas. La ventaja sería que están funcionando y no habría necesidad de esperar el término de su construcción.
A la noticia de Dos Bocas le siguió otra, el re-financiamiento de la deuda de Pemex consistente en que HSBC, JP Morgan y Mizuho Securities, acordaron ampliar el fondo revolvente, de 5 mil millones a 8 mil millones de dólares a Pemex, ampliando el plazo de pago de tres a cinco años.
El director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, subrayó, que no se está contactando nueva deuda, “que el acuerdo consiste en el re-financiamiento de deuda por un monto de 2,500 millones de dólares más la renovación de dos lineas de créditos hasta por 5 mil quinientos millones de dólares.
De esta forma, se ha reconfigurado la deuda anterior y se ha contratado otra que permite aligerar la presión y alejar el riesgo del impago, riesgo que a los acreedores no les conviene correr, toda vez que es preferible y menos riesgoso re-contratar la deuda de Pemex, que declarar a Pemex en quiebra lo cual suspendería indefinidamente el pago de intereses y capital a los bancos.
El respiro económico a la economía mexicana mediante la re-financiación de la deuda de Pemex, más la reconsideración a la construcción de las refinerías en Dos Bocas, permitirá que las actuales condiciones de pago sean favorables para el país, y, por lo tanto, aligerar el lastre que se viene cargando el cual impide el avance franco de la economía mexicana.
Finalmente, hablar a la nación con la verdad permite al gobernante enfrentar los retos con claridad, sin necesidad de correr riesgos escondiendo la verdad.
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