Con un incremento de 4.2 por ciento, a partir de ayer primero de enero empezó a regir en el país el nuevo salario mínimo de 62.33 pesos que devengan alrededor de 12 millones de trabajadores, lo que representará un ingreso adicional para todo 2012, de sólo 2.45 pesos diarios.
Organizaciones sindicales que se negaron a firmar la magra retabulación salarial ante el consejo de representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), denunciaron que tan sólo en la última semana de 2011 aumentaron entre 10 y 15 por ciento los precios de los artículos de la canasta básica, entre ellos leche, cárnicos, aceite comestible, frijol y arroz que pulverizaron de antemano el aumento salarial.
Isaías González Cuevas, dirigente nacional de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y Agustín Rodríguez Fuentes, presidente colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores, expusieron que ese pírrico incremento salarial de 4.2 por ciento acentuará la situación de subsistencia de la clase trabajadora que no sólo está enfrentando alzas en precios de los alimentos, sino también en la energía eléctrica, gas doméstico y transporte público, vinculado al aumento mensual de las gasolinas que en 2011 acumularon una indexación de 10.4 por ciento.
Ante ello el líder nacional de la CROC, organización sindical que agrupa a más de 4.5 millones de trabajadores, informó que pugnarán por revertir la resolución de la CNSM y se otorgue a los trabajadores un aumento salarial de 10 por ciento, lo que les permita empezar a resarcir el deterioro del poder adquisitivo registrado hasta ahora.
En una primera acción de defensa del salario esta central obrera presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos en contra de la CNSM por violar el derecho a la alimentación y vida digna consagrados en los artículos 1, 4 y 123 constitucionales.}
Milenio