Tiene razón el Rector, José Narro Robles, al afirmar en su discurso de despedida ante la comunidad universitaria y representantes de la sociedad civil el pasado martes 22 de septiembre de 2015, que “México sería distinto sin la UNAM, pero por supuesto no sería mejor”. Y es cierto, nuestra Alma Mater, nuestra “madre que nutre”, ha cumplido con creces la misión confiada y cumplido a carta cabal su lema: “Por mi Raza hablará el Espíritu”. Y digo nuestra, por que es todos los mexicanos, no solo de los que estudian o estudiaron ahí, son profesores o trabajadores, directivos, administrativos o aficionados a los Pumas; es mia, es nuestra y es de todos. Hoy, desde aquel noviembre de 1999 a la UNAM se acude para estudiar, investigar, analizar, administrar, construir, hacer proyectos y todo aquello que le compete como institución académica que es y con ello, fortaleciendo, aun más, su autonomía; y de esa forma a México.
La tarea, como todos los grandes retos, no ha sido nada fácil, ha sido necesario utilizar todo lo que un académico, honesto y responsable, puede y está dispuesto a dar por una institución a la que se le respeta, se cree en ella pero, sobre todo, se le ama.
Muchos han sido los académicos e investigadores, como los trabajadores en general que se han entregado a ella sembrando sus conocimientos y sus mejores esfuerzos y por ellos se han ido recogiendo los frutos; el saldo es positivo en el presente y la UNAM es una de las mejores universidades del continente americano.
Dicho lo anterior, ahora el turno del Rector… Conocido es que la UNAM ha sido guiada por rectores que profesionalmente se han formado como médicos; recordamos al maestro Ignacio Chávez, al doctor Salvador Zubiran, a Juan Ramón de la Fuente, al doctor Octavio Rivero, al doctor José Sarukhan Kermez, y al propio rector actual, doctor José Narro Robles.
Todos ellos son médicos destacados en la práctica médica asi como en la investigación, su paso por la UNAM como rectores ha sido sobresaliente al haber sabido conducirla por el camino de la salud académica, haciendo a un lado los dolores y padecimientos que la paralizaron por 10 meses y sus días durante el periodo del rector Francisco Barnes de Castro motivo por el cual se vio obligado a renunciar el viernes 12 de noviembre de 1999; fecha que, por cierto, dentro de unos cuantos días cumplirá el 16 aniversario de esa infausta fecha ocurrida también durante periodo gubernamental del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, aquel presidente que le dijo a una humilde mujer indígena que le pidió limosna en una de sus giras y él le respondió: “No tengo cash”. Asi se las gastaba el que fue bolero durante su infancia en Mexicali y de lo cual siempre se avergonzó.
Pero regresando a lo interesante, a los doctores, a los llamados “La bata Blanca” universitaria. Pues será verdad o será mentira, un médico mas ha sido nombrado por la H. Junta de Gobierno de la UNAM como el nuevo Rector al terminar su gobierno de dos periodos, el doctor, José Narro Robles. Estamos hablando de este médico que no habló más de lo necesario durante el periodo de auscultación de la Junta de Gobierno.
Discreto, prudente, cauteloso, confiado en lo que es y en lo que ha hecho como director de la Facultad de Medicina de la UNAM; sólido en sus relaciones académicas: “Siempre fluida, siempre franca buscando los mejores intereses de la Universidad, y creo que así ha sucedido. Asi lo han venido haciendo los pasados rectores, los últimos rectores y por ello, el crecimiento que ha tenido la Universidad. Ha habido comprensión por parte del Estado en la mayoría de los problemas universitarios”, afirmó Enrique Graue Wiechers, director de la Facultad de Medicina durante siete años.
Y, reafirma, ”La Universidad debe ser analítica y reflexiva de los problemas que aquejan al país y sobre eso ser propositivos. Puede ser crítica pero no es la finalidad ser crítica, sino ser propositiva ante los problemas y eso se ha venido haciendo tanto en educación, economía y justicia…”
Por último, el doctor Graue, el nuevo rector de la UNAM asegura que nunca tuvo la impresión de que el gobierno federal haya tenido la intención de interferir en el proceso de elección de la Rectoria, ni mucho menos que la Junta de Gobierno se dejase influenciar en ningún momento…”
Humo blanco ha salido de la chimenea de la Torre de Rectoría de la UNAM anunciando que el doctor Enrique Graue es el nuevo rector de nuestra Alma Mater. Que sea para el bien de México y de la UNAM.