Nacidos en Siam, originaron el término de “siameses” y fueron exhibidos en EUA como “fenómeno de la naturaleza”. Su vida fue difícil y pese a su vínculo indisoluble entonces, por que en nuestros días hubiera sido fácil separarlos. Uno, alcohólico, murió de un aneurisma y el otro, horas después de miedo. No obstante dejaron una prole de 22 hijos.
Esto viene a cuento por el pleito que casado entre el tricolor y los auriazules, se ha desatado con una catilinaria antipriísta, acompañada de autoelogios desmesurados pronunciados por Felipe Calderón. Lo más significativo y ominoso para la sociedad es que ante el fracaso de la “guerra contra el narco”, la guerra que nadie pidió, los asistentes, burócratas pani-yunquetos, incurrieron e n el alarido más informe y rupestre: ¡duro, duro, duro!
Calderón destacó sus “grandes logros” en tanto la sociedad pensaba en “La Decena Trágica de FOFE”, Fox y Felipe. También vociferaron reclamando la captura de la presa más codiciada ¡sólo falta El Chapo!
Este nudismo político de baja ralea revela la frustración prevaleciente en el panismo, cuando diversas instituciones y políticos extranjeros señalan la derrota estrepitosa de Calderón en una guerra que no tiene fin ni meta. ¿Qué sentiría Felipe Calderón cuando el “amigo Pato Pascual” le “tiró línea” para ganarle al narco? ¿Qué cuando Hillary Clinton habló de una “narcoinsurgencia” en México? ¿O cuando Napolitano ha enmendado la plana calderonista acá y en el extranjero, mientras le pone cara sonriente y le elogia por su “valentía” inaudita?
Calderón aprovechó la celebración de la “Decena Trágica” para poner al PRI como palo del perico. Lo fustigó hasta el cansancio. No deja de tener cierta dosis de razón al culparlo de “sembrar la semilla” del narco en México en los últimos sexenios del príato agónico. Hubo demasiadas pruebas de permisibilidad cuando no de complots como para que fueran producto de casualidades innumerables. El PRI les heredó un campo minado. En Sinaloa, en Jalisco, en muchas entidades los indicios fueron indiscutibles. ¿Recordamos “El Búfalo”? Ningún “pez gordo” fue detenido y los rumores dieron rienda suelta a la imaginación popular.
Pero después de ¡diez largos años!, de panismo-yunqueto, después de que “El Chapo” salió del penal de “Puerta” Grande apenas tomó posesión Fox, después que en La Laguna y en otras regiones campeó el narco por sus fueros y como lo denuncia “Proceso” hubo aproximaciones, con el propio Calderón, después de esas muestras de corrupción y celestinaje, Calderón no tiene autoridad alguna para denunciar algo. Calderón está rompiendo los cristales de su casa; su cuatrienio es una muestra de ineficacia, corrupción, malversaciones, despilfarro de los fondos públicos, asalto a la administración pública al aumentar la burocracia colmándola de amigotes y parientes. Además pretendiendo crear una “Familia Calderón” en Michoacán que rivalizará o entrará en entendimiento con otra “Familia” que está muy arraigada.
Por eso ahora PAN y PRI se revelan como Eng y Chang Bunker, los siameses por antonomasia, los que vivieron pegados sin posibilidad de separación alguna, compartiendo experiencias aún las más íntimas, tapando sus desvíos, cerrando los ojos ante sus suciedades lógicas, juzgándolas sin chistar palabra alguna, pero compartiendo palpitaciones y excreciones de todo tipo. Hasta morir ambos: uno enfangado en el alcohol, ¿acaso premonición?, el otro aterrorizado por la extinción de su “otro yo” que anunciaba la propia, viendo como la Parca se acercaba inexorable de la mano del hermano muerto. La pregunta clave: cuándo será el deceso binario?
rubenmv99@yahoo.com
