Nuestro estado cuenta con diversas riquezas, siendo dos de las más importantes la biológica y la cultural, pues en el territorio oaxaqueño se encuentra casi el 50% del total de la diversidad biológica del país, la cual ha coexistido desde hace milenios, con 16 de los 68 grandes grupos indígenas asentados en el territorio nacional y con las poblaciones afrodescendientes llegadas con la colonización española; dando lugar a una elevada variedad de manifestaciones biológicas y culturales, como lo son: plantas domesticadas, sistemas y paisajes agrícolas o tradiciones de los pueblos y comunidades.
Para entender esta interacción, se cuenta con una modalidad de estudio que poco a poco va ganando terreno en el campo de la investigación socio-ambiental, conocido como enfoque biocultural, el cual nos brinda la posibilidad de comprensión, a través del análisis de la influencia de la dinámica natural con el desarrollo cultural de los distintos pueblos del mundo. Esto es sumamente valioso para entender por ejemplo: la variedad de razas de maíz que existe en nuestro territorio o los diferentes sistemas de cultivo tradicionales, que llegan a formar paisajes o regiones con características similares en las que se observa la influencia humana sobre la naturaleza no para afectarla, sino para conservarla y mejorarla; lo cual se conoce como diversidad biocultural o riqueza biocultural.
La confluencia entre una alta riqueza biológica y elevada riqueza cultural, se da en contados países del mundo como: Brasil, India, Nueva Guinea, Australia, Indonesia, China y México, que de acuerdo a expertos en el tema, como el Académico Víctor Toledo, nuestra nación es la segunda con mayor riqueza biocultural del mundo.
Por lo anterior, el estado de Oaxaca es la zona con mayor diversidad biocultural del país, en donde los conocimientos y prácticas son transmitidos de una generación a otra, lo que ha construido el patrimonio colectivo biocultural como las especies domesticadas, formas de manejo de la naturaleza, los paisajes bioculturales como las zonas agrícolas de los Valles Centrales y de expresiones culturales, siendo éstas últimas, las que representan nuestro mayor bien como oaxaqueños, ya que de ellas depende la existencia y continuidad como sociedad.
A pesar de que en los últimos años, se ha insistido en la importancia de los conocimientos y prácticas de los pueblos y comunidades indígenas y rurales para administrar su patrimonio biocultural, persisten retos que es preciso afrontar de forma urgente para garantizar el derecho a mantener y manejar su riqueza natural y cultural, tales como:
- En primer lugar, entender de forma adecuada al concepto de patrimonio biocultural, para de esta forma promover políticas públicas para la conservación biocultural de forma integral y no aislada, tal como ha sido establecida por algunas políticas ambientales que no consideraron a los habitantes de los territorios a proteger;
- Definir lineamientos adecuados para promover la protección a paisajes bioculturales y patrimonio biocultural;
- Garantizar el derecho de los pueblos indígenas y campesinos sobre sus territorios y recursos, para evitar la apropiación de la riqueza biocultural por parte de externos;
- Asesorar de forma adecuada a las comunidades sobre los modelos de bio prospección y acceso a recursos genéticos para fines comerciales por parte de Compañías como empresas farmacéuticas o agrícolas, para garantizar la toma de decisiones respecto a este tipo de convenios de forma libre e informada;
- Garantizar que los proyectos que incidan en territorios indígenas, sean consultados con dichos pobladores de forma previa, libre e informada;
- Promover un marco institucional, legal y ético para la investigación bajo el enfoque biocultural, con el objeto de que esta acción contribuya a proteger el patrimonio biocultural y evitar el saqueo de conocimientos y recursos en las comunidades.
En resumen, el enfoque biocultural es importante para conocer, entender y revalorar la importancia del producto de la danza entre natura y cultura, repetida desde tiempos inmemoriales en nuestra tierra. Por eso, y orgullosa de mis raíces, trabajaré para contribuir al entendimiento y protección del patrimonio biocultural de Oaxaca, porque “Ahora es cuando comprometernos con la conservación de las riquezas biológicas y culturales, heredadas por nuestros ancestros”.