Perdidos entre el tráfico de la ciudad, en medio de los rayos del sol, con los pies desgarrados por tanto caminar, así se observa no sólo a los indigentes sino también a los enfermos mentales, quienes han sido olvidados por las autoridades estatales.
A unas cuadras del centro histórico, en donde los turistas admiran los monumentos y museos con los que cuenta la ciudad, la realidad de Oaxaca es cruda y cruel.
Personas pérdidas en el alcohol, unas más dormidas en las banquetas y casi todos desesperados ante la falta de oportunidades que fueron prometidos por los gobiernos.
No muy lejos del municipio de Oaxaca de Juárez, camina sin rumbo y dirección una mujer que refleja claramente las condiciones en las que viven los ciudadanos.
No se inmuta ante el morbo de los que la ven, camina mirando para todos lados pero sin saber dónde está; alguna vez fue conocida por nombre y apellidos, hoy todos la identifican como “la señora desnuda”.
Con un semblante cansado, manos marcadas por el tiempo, la mujer no sólo refleja la falta de capacidad del gobierno estatal para brindar la atención necesaria, también muestra los errores de los programas sociales.
No se tiene un registro del número de indigentes y enfermos mentales que caminan o hacen de la calle su casa, porque no son ellos quienes generan grandes ganancias para los diputados, para el gobernador y otros políticos, asegura Mario Juárez, quien se acerca a la mujer a brindarle una prenda de vestir para la mujer.
Pero no sólo a unas cuadras del centro de la ciudad se vive esta realidad, la Central de Abastos y la Central Camionera de Segunda Clase, es utilizada por indigentes, quienes duermen en este espacio a la intemperie, pero nadie hace nada, aseguran los vecinos.
Carina García/Libertad-Oaxaca.info