Con motivo de las celebraciones conmemorativas del Día de Muertos en San Pablo Villa de Mitla se realizaron una serie de actividades, gracias a un esfuerzo conjunto entre la comunidad a través de asociaciones civiles, el municipio y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. El objetivo de estas actividades fue fortalecer y difundir esta celebración que en el 2008 fue nombrada Patrimonio de la Humanidad.
El 30 de octubre se abrieron las puertas del Museo Frissell a todo el público de manera temporal, después de permanecer cerrado por 18 años. En el sitio se abrieron tres salas para exhibir pinturas alusivas al Día de Muertos realizadas por pintores oaxaqueños, una exposición de piezas de alumnos del taller de labrado en cantera rosa de la Casa de Cultura de Mitla.
En Mitla la celebración del Día de Muertos es tan vigente como hace años. Lo sobrenatural, los espíritus de los muertos, las ánimas, forman parte de la cotidianeidad y de la cultura mitleña. No por nada Mitla es el lugar de descanso de las ánimas, donde todas se reúnen.
En la celebración del Día de Muertos es posible percibir la continuidad de conceptos y elementos zapotecos que han sobrevivido a pesar de las fuertes influencias externas. En Mitla no se piensa en infierno, sino en inframundo; para los zapotecos, la muerte es una desintegración con la naturaleza y en cada nivel del inframundo se adquiere una transformación hasta llegar al último nivel.
De tal forma que cuando alguien muere, se entierra pensando en que deberá cruzar los nueve niveles, ayudado de un perro que lo guiará a cruzarlos. Estos elementos han vuelto de la celebración de muertos en Mitla, un homenaje a aquellos que ya se fueron y un momento de reflexión y preparación para aquellos que aún esperan ese destino inevitable, de ahí la importancia de preservar esta tradición.
Agencia JM