* La ONU para la pobreza extrema acusa al Gobierno británico de causar “un gran sufrimiento” a la población y condena las políticas de austeridad como “punitivas, mezquinas y crueles”.
* Es una lección para los mexicanos por las políticas de austeridad decretadas por el Congreso de la Unión por Andrés Manuel López Obrador, con el pretexto de combatir la corrupción en México.
(Con profunda tristeza la Familia Osorio Clark comunica que el profesor Federico Osorio Altúzar falleció inesperadamente el pasado 14 de noviembre en la Ciudad de México. Partió sin dolor y sin enfermedad, agradecen mucho la amistad y el tiempo compartido con él. Expresamos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de nuestro amigo y colaborador. ¡Descanse en paz!)
La lectura o relectura de los clásicos, como Shakespeare, es clave fundamental, no solo para enriquecer el intelecto y tener más elementos que permiten tratar de entender la sociedad y sus actores, sino acercarnos a los vericuetos del hombre y su intrincado mundo de pasiones y dramas.
En la Enciclopedia de la Política del jurista Rodrigo Borja ex presidente de Ecuador, se hace un excelente resumen de la conocida frase, que apareció en Hamlet, el drama trágico escrito por el célebre dramaturgo inglés William Shakespeare en 1601.
En una de las escenas de la obra que se desarrolla en la explanada del palacio real de Elsingor, el príncipe Hamlet escucha a su centinela Marcelo pronunciar la frase que se tornó célebre como legado cultural a la posteridad, “algo huele mal en Dinamarca”.
Ocurrió antes que apareciera el fantasma de su padre, rey de Dinamarca, quien se presentó para hablar a su hijo e informarle que acababa de ser asesinado por su hermano Claudio para usurparle la corona y casarse con la viuda.
Inmensa fue la tristeza que embargó al príncipe Hamlet. “Quisiera que mi cuerpo se desintegrara en lágrimas, exclamó, al saber que su madre había subido al tálamo incestuoso. Y se propuso asumir la venganza contra su tío, el asesino, para lo cual simuló haber caído en la locura”.
De inmediato hay que señalar que tras el asesinato del rey de Dinamarca por su hermano para la toma del poder se desencadenan otros hechos que tocan el mundo de las pasiones, sí, el incesto… y esto realmente huele mal…
También huele mal lo que está sucediendo en nuestro mundo, no solo por los altos índices de violencia terrorista, del crimen organizado y del narcotráfico, sino sobre todo por el agravamiento de la pobreza y la desigualdad.
Perdida en la creciente maraña informativa encontramos recientemente una noticia del corresponsal en Londres del diario español El Mundo, Carlos Fresneda, que por su trascendencia deseamos compartir con ustedes, queridos lectores, gracias a la cual los mexicanos debemos poner nuestras barbas a remojar.
Esta información debe hacernos reflexionar sobre las políticas de austeridad decretadas por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, a través de una fiebre legislativa desde el Congreso de la Unión, con el pretexto de combatir la corrupción en México.
En un demoledor informe de 24 páginas, el enviado especial de la ONU para la extrema pobreza y derechos humanos, Philip Alston, ha acusado este viernes al Gobierno británico de causar “un gran sufrimiento” a la población y ha condenado las políticas de austeridad en los últimos ocho años como “punitivas, mezquinas y crueles”.
Tras recorrer el país durante 12 días para comprobar la situación sobre el terreno, Alston asegura que los niveles de pobreza infantil (que afecta a uno de cuatro niños) son impropios del quinto país más rico del planeta y equivalen a “una calamidad social y a un desastre económico”. Se estima que una quinta parte de la población vive bajo el umbral de pobreza.
Alston reconoce haber hablado con “madres que no pueden ofrecer un techo seguro para sus hijos y que ofrecen sexo a cambio de refugio”, con “jóvenes que se alistan en bandas callejeras porque es la única manera de salir de la indigencia” y con “discapacitados que son obligados a trabajar, contra la recomendación de sus doctores”.
El enviado de la ONU refleja un sombrío panorama a lo Ken Loach en ‘Yo, Daniel Blake’ y culpa en gran parte a los recortes sociales impulsados durante la crisis por David Cameron, así como a la reforma (auspiciada por el ex líder conservador Iain Duncan Smith) para simplificar las ayudas sociales bajo el así llamado ‘crédito universal’, que en su opinión debería rebautizarse como ‘descrédito universal’.
Pese a la promesa de la ‘premier’ Theresa May de poner fin a la austeridad, Alston destaca cómo el último presupuesto es una oportunidad perdida y critica al secretario del Tesoro Philip Hammond por ofrecer una nueva bajada de impuestos en vez de aliviar la pobreza: “La austeridad que castiga a los más pobres se podría haber aliviado si existiera la voluntad política”.
Alston ha expresado también su estupor por el número de británicos (1,3 millones, según las últimas estimaciones) que tiene que recurrir a los bancos de alimentos y por las acciones de miles de voluntarios, ONGs y grupos de barrio “que intentan llenar el agujero dejado por los servicios del Gobierno y que se movilizan como cabría esperar ante un desastre natural o una epidemia”.
El informe será presentado el próximo año ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU y concluye con recomendaciones como el reconocimiento de los “derechos sociales”, siguiendo el ejemplo de países como Alemania y Suecia. Antes de presentar el informe, el propio Alston reconoció las dificultades a las que se enfrenta el país “en plena encrucijada del Brexit”, pero expresó su confianza en que los recientes comentarios de May sobre la austeridad abran la puerta “al diálogo y a un cambio de dirección”.
El enviado especial de la ONU mantuvo recientemente un forcejeo dialéctico con Donald Trump por cuenta de las bolsas de pobreza extrema detectadas en Estados Unidos. Alston ha realizado similares informes este año sobre la pobreza en China, Arabia Saudita, Ghana y Mauritania. A su paso por Reino Unido efectuó paradas en el este de Londres y en Glasgow, Barking, Oxford, Belfast, Newham, Newcastle, Cardiff y Jaywick Sands en Essex, la localidad considerada como emblema del abandono de los servicios públicos.