Horas antes de que el presidente López Obrador viaje a Washington, el embajador Christopher Landau hizo declaraciones contundentes que por su pragmatismo no deben soslayarse:
“No es el momento de traer inversiones estadounidenses a México”.
A través de una videoconferencia con representantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), dijo que no desea ver un enfrentamiento entre el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador y el sector privado, ya que de esa relación depende la prosperidad de un país, y el interés de Estados Unidos de tener un vecino próspero y seguro depende de los dos países. “Tampoco les puedo mentir, tampoco les puedo decir que es un momento oportuno para invertir en México. Si se ven cosas muy desalentadoras para la inversión extranjera, en varios sectores hemos visto cosas preocupantes”.
El mensaje fue claro en forma y fondo para entender que la reunión en Washington no admite evasivas en estos momentos electorales que son decisivos en los que Trump se juega la reelección.
De paso, el embajador Christopher Landau, lanzó severa advertencia por la dura actitud del gobierno mexicano contra las empresas extranjeras de energía, principalmente las estadounidenses y españolas, mismas que dominan el mercado energético en nuestro país.
Lamentó el embajador el enfrentamiento entre gobierno y los empresarios, así como la presión que se ejerce contra algunas instituciones para sustituirlas con la llamada 4a Transformación de bases populistas de izquierda, repartiendo dinero a diestra y siniestra; desapareciendo sistemas de salud; disminuyendo los presupuestos de instituciones base que brindan positivo servicio a la nación como lo hace el Instituto Nacional Electoral (INE) al cual lo descalifica a menudo, a efecto de asegurar el triunfo de las elecciones intermedias del 2021, mismas en riesgo de que Morena las pierda, lo cual significaría perder la mayoría legislativa en la Cámara de diputados.
Pagar precios de garantía a los agricultores productores de granos; amenazar a inversionistas españoles que, en efecto, dominan el sector energético y bancario en nuestro país con fuertes inversiones o cancelar la obra avanzada del aeropuerto de Texcoco, y lo más vergonzoso para un gobierno que lleva casi dos años en el poder, prender veladoras para que las remesas que los paisanos envían a sus familiares en México no disminuyan, ¡Vaya cinismo!
Continuar metiendo grandes sumas de dinero a Pemex, empresa que está quebrada, que ya no tiene destino, que ya no le interesa a inversionistas extranjeros, toda vez que los precios del petróleo están por los suelos y su deuda es impagable; imponer tarifas incontables a las empresas de energías limpias, que López Obrador desprecia y castiga, sometiéndolas al pago de altos impuestos, hacen que el consumo de energías limpias se transforme en un negocio inconveniente para la inversión extranjera.
Muchas más son las incertidumbres que esta causando la conducta política del gobernante en el sector energético al emitir nuevos requisitos para obtener los certificados de Energías Limpias de la Comisión Reguladora de Energía, los cuales se modificaron debido a las quejas de los empresarios ante el gobierno debido a la presión ejercida en su contra.
En consecuencia, no extraña la declaración de Christopher Landau, embajador de EUA, al fijar la posición y las reglas claras de su gobierno frente a un presidente como López Obrador que esta obligado a definirse políticamente:
¿Con Nicolás Maduro y Raul Castro, o con las potencias y gobiernos occidentales de Norteamérica y Europa?
La hora de las medias tintas ya pasó, el momento de la definición ya llegó y hay que hacerlo guardando la dignidad y soberanía que nos son propias. De rodillas nada, de pie todo, así sea frente al más fuerte.Dignidad, sin mentiras, sin venganzas, sin rencores personales, sin odios porque el carácter se pervierte, se envenena y hace imposible gobernar con claridad de horizontes, sin sueños ni utopías.
Hay una anécdota que puede servir en estos momentos difíciles para la salud y la economía de México:
Durante el gobierno del presidente Adolfo López Mateos (1963) vino a nuestro país en visita oficial el presidente de Yugoslavia-Serbia presidente Josip Broz Tito (1963-1976), fundador del Movimiento de los Países no Alineados. Durante su recorrido por varias poblaciones, platicando con la gente, finalmente concluyó su viaje con una declaración a la prensa: “Si Yugoslavia tuviese un kilometro de frontera con Estados Unidos, mi país sería uno de los países más desarrollados de Europa”.
Es la hora de definirse para no caerse de la “Cuerda Floja”, como bien apunto en su libro “La Cuerda Floja”, Enrique Gonzalez Pedrero.
@luis_murat