México cayó de la posición nueve a la 12 en su atractivo como destino de Inversión Extranjera Directa (IED), de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora AT Kearney.
Estados Unidos se mantuvo en la posición primera y China en la segunda como los mejores lugares para invertir a nivel global.
En América Latina, Brasil descendió del puesto tres al cinco, seguido de México y después Chile, quien subió del 22 al 17. Ricardo Haneine, socio director de la consultora para México, expuso que el descenso del país obedece sobre todo a su rezago en la competitividad de su producción y altos costos en energéticos.
Este retroceso de México se produjo después de que cayó nueve posiciones para situarse en la 41 en el Anuario de Competitividad Mundial 2014, elaborado por el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD, por su sigla en inglés), con sede en Suiza.
En la clasificación de AT Kearney, el mejor posicionamiento de México fue en el 2003, cuando se situó como el tercer mejor destino y sufrió su peor desplome, al lugar 25, en el 2011, en una tendencia recabada desde el 2002.
Este índice se construye a partir de una encuesta que se aplica a ejecutivos de 300 compañías de diversos sectores pertenecientes a 26 países.
México captó 5,821 millones de dólares de IED en el primer trimestre del 2014, un alza de 16.7% frente a la cifra registrada en el mismo periodo del año pasado, comparando en ambos casos cifras preliminares.
La IED, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), está lejos del máximo histórico de 4.4% alcanzado en el 2001. En el 2012 fue de apenas 1.1 por ciento.
“La reforma energética se ve reflejada en este índice. Es muy probable que si no se hubieran aprobado todas las reformas del año pasado, México no figuraría ni siquiera entre los 25 principales mercados para la atracción de inversiones foráneas”, agregó .
Desde los años 90, la IED en el sector manufacturero ha cobrado relevancia en México. Pero un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) concluyó que las firmas de procedencia europea no están trasladando a México las mejores prácticas de representación colectiva que cobran creciente importancia en sus países de origen.
Agencias