México vive tiempos de duelo y de horror por la muerte y persecución de muchos mexicanos en un proceso de grave descomposición social y de inseguridad que cada día se agrava y extiende sobre cada rincón del territorio nacional. Y entre los más afectados se encuentran los hombres y mujeres indígenas, cuyas tierras se han quedado en medio de esta disputa entre grupos criminales y autoridades, despojándolos del sustento de sus familias y comunidades, pero sobre todo, de su espacio de convivencia, de interacción cultural y de cosmología.
Lo anterior, es parte del diagnóstico sobre la situación que vive el país, y particularmente los pueblos indígenas, que realizó la legisladora oaxaqueña Eufrosina Cruz Mendoza, durante su intervención realizada este día como conferencista en el marco del Panel sobre Exclusión Social y Derechos Humanos que organiza el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa en la Ciudad de México.
Ahí mismo, advirtió: “Vivimos ante una encrucijada histórica que habrá de marcar un antes y un después en la historia del país con las elecciones federales de julio de este año, en donde los pueblos y comunidades indígenas jugarán un rol muy importante y su voto será decisivo para elegir al próximo Presidente o Presidenta de México. Y aquí mismo, frente a ustedes –señaló a un auditorio pletórico de profesionistas, empresarios y directivos de todo el país- quiero exigir a los partidos y quienes serán sus candidatos que no lucren con la pobreza de nuestras hermanas y hermanos que viven en los pueblos y comunidades indígenas; que respeten su voluntad y que no los utilicen como parte del folclor de sus campañas ni como botín político a cambio de unos cuantos pesos o de promesas que nunca se cumplen. La dignidad de nuestras hermanas y hermanos indígenas no está en venta, sentenció.”
Asimismo, estableció que “ha llegado la hora de que los pueblos y comunidades indígenas de México dejen de ser sujetos pasivos y tomen las riendas de para convertirse en sujetos proactivos, protagonistas y coadyuvantes de su propio desarrollo y del progreso nacional.”
También, destacó que ella misma es un caso que demuestra que la educación puede cambiar el destino de las personas, porque cuando se abre la mente, se abren las puertas para el desarrollo y se crean oportunidades para el crecimiento de las personas. La educación, dijo, es el mayor acto de conciencia y de rebeldía de los jóvenes al que nunca deben renunciar.
El IPADE está diseñado para directores generales o dueños de empresas con al menos 10 años de experiencia, por lo que la activista oaxaqueña exhortó a las y los profesionistas que la escuchaban, a trabajar por un México incluyente, con una mente positiva y consciente acerca de la responsabilidad que tienen con la sociedad.
Finalizó diciendo que los pueblos y comunidades indígenas ejercerán un voto libre y de conciencia y que la causa de libertad y ejercicio pleno de los derechos sociales, políticos y económicos de la nación Indígena Mexicana que ella defiende, debe ser adoptada con respeto por todos los aspirantes a las candidaturas y partidos políticos de nuestro país.