El Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), estaba convertido por los propios trabajadores en el tianguis más grande que operaba en una dependencia gubernamental, en donde lo mismo se vendía desde grapas de cocaína, marihuana, hasta artículos de lencería, ropa de vestir, zapatos, lociones y baterías de cocina.
Ahí mismo se promovía la prostitución, la venta de casas, terrenos, automóviles, productos “milagrosos”, agencias de viajes, la venta de todo tipo de alimentos, cajas de préstamos y hasta el funcionamiento irregular de una caja de ahorros.
El titular del IEEPO, Moisés Robles Cruz, señaló que con la reestructuración administrativa y operativa de la dependencia, a partir del próximo 24 de agosto, paralelamente al inicio del ciclo escolar 2015-2016, éstas viejas prácticas quedarán totalmente desechadas, para recuperar el orden, la disciplina, el respeto y la confianza ciudadana, dijo el funcionario.
A partir del 24 de agosto todos los accesos estarán totalmente controlados por personal de seguridad y solo se permitirá el acceso a los trabajadores que porten visiblemente sus respectivas identificaciones oficiales, y con ello al interior solo habrá verdaderos trabajadores de la educación.
Y es que las viejas prácticas permitieron que la dependencia fuera convertida en un enorme tianguis, que floreció bajo el amparo de la anarquía, la corrupción y los “moches”, que facilitó el tráfico de todo tipo de drogas que ahí mismo se consumían entre algunos trabajadores administrativos.
La venta era por catálogo y de manera directa de artículos de lencería, ropa de vestir especialmente para mujeres, zapatos, lociones, chamarras de piel, bisutería, joyería, sábanas, colchas, edredones, vajillas y hasta delicadas flores naturales.
Entre el desorden administrativo, que por años mantuvo en la total anarquía al IEEPO, se promovieron casos patéticos de prostitución entre algunas trabajadoras, en que inclusive, utilizaban las extensiones telefónicas de la dependencia para contratar a “clientes”, y en otros casos, representantes de las casas de citas ingresaban a las instalaciones para enganchar a los funcionarios a través de “catálogos de chicas”.
En los últimos años, decenas de promotores de cajas de préstamo ofrecen de manera fraudulenta, créditos leoninos en las oficinas, lo mismo una caja de ahorros que funciona de manera irregular al interior de la dependencia y es controlada por un profesor que ha sido acusado por los propios trabajadores, de despojo de infinidad de inmuebles y automóviles a sus “clientes” morosos y aunque ha sido acusado en el departamento jurídico, lejos de proceder en su contra, es protegido abiertamente por los propios funcionarios.
Agencia JM