Los jugadores de Chivas aceptan sus culpas. Saben que no dieron el partido que esperaban ante el Internacional de Porto Alegre y el desenlace de su funcionamiento dentro de la cancha del Omnilife los obliga ahora a revertir una losa muy pesada de 1-2 en contra, durante el partido del próximo miércoles en Brasil, si quieren convertirse en los nuevos campeones continentales.
El Guadalajara perdió la oportunidad de ir a Sudamérica con el marcador a favor. Sus futbolistas reconocen que tuvieron errores en los aspectos defensivos, ofensivos, así como en la intensidad para jugar una final, aunque “enfrente tuvimos a un gran rival”, admiten.
Jonny Magallón explica que el resultado fue producto de que el equipo gaúcho pudo contrarrestrar las virtudes tapatías que se basan en tener la pelota, darle circulación y la dinámica al frente. “Fue un partido muy parejo. Ellos tuvieron mejor posesión de balón. Tienen jugadores de mucha calidad, que se entienden perfectamente en la cancha. Nos contrarrestaron en cierto momento, pero hay que preparar mejor el duelo que sigue porque tampoco fue el mejor partido del Guadalajara, eso es una realidad. Podemos hacerlo bien”, sostiene.
Como un representante del futbol mexicano, Chivas mostró una de las carencias eternas del balompié tricolor: fue vulnerable en el juego aéreo, vía por donde el Inter realizó las dos anotaciones para llevarse el triunfo en el primer partido oficial en el Estadio Omnilife.
“Ellos no habían generado muchas llegadas claras, hasta los goles. Nos equivocamos en el juego aéreo y ahí nos hicieron daño. Ahora tenemos que hacer un partido perfecto, defensivamente hablando, para poder quedarnos con el trofeo”, manifiesta.
Sin embargo, para Omar Bravo, la conquista del título pasa por la actitud para encarar partidos de la trascendencia como el del pasado miércoles. Chivas, menciona, requiere de mayor intensidad y de aprovechar las oportunidades de cara al arco rival el 18 de agosto.
El Siglo de Torreón