Al menos 50 diputados federales compiten actualmente por un nuevo cargo de elección popular sin haber renunciado a sus privilegios como legisladores, entre los que destacan un ingreso mensual de 150 mil pesos, peajes carreteros y un pasaje aéreo semanal, así como seguros de gastos médicos mayores para ellos y sus familias.
Tan solo la remuneración ordinaria de ese medio centenar de representantes significa mensualmente un desembolso de 7.5 millones de pesos para el Congreso de la Unión.
A diferencia de otros representantes que solicitaron licencia definitiva para dejar sus curules y dedicarse de tiempo completo a sus campañas, los diputados Cristina Díaz, Claudia Ruiz Massieu y Arturo Zamora, del PRI; César Nava, Gabriela Cuevas y Rosi Orozco, del PAN; Armando Ríos Píter, Leticia Quezada y Vidal Llerenas, del PRD, así como Pablo Escudero, del PVEM, entre otros, se encuentran concentrados en sus actividades proselitistas, sin dejar de cobrar en el Palacio de San Lázaro.
Al igual que los legisladores antes mencionados, los priistas Omar Fayad, Marcela Guerra, Eviel Pérez, Sofía Castro, Gerardo Sánchez, Armando Neyra, Diva Hadamira Gastélum, Graciela Ortiz, Clara Gómez Caro, Trinidad Padilla y Leticia Robles, entre otros, compiten por un escaño en el Senado o un cargo local en sus respectivas entidades, pero se mantienen en la nómina de la Cámara de Diputados.
En la misma circunstancia se encuentran los panistas Arturo García Portillo, Silvia Pérez Ceballos, Daniel Ávila, Nelly Márquez, Sonia Mendoza, César Octavio Pedroza, Benigno Quezada, Juan José Cuevas, Felipe de Jesús Rangel, Alberto Esquer, Alfredo Javier Rodríguez, Kenia López y Ezequiel Rétiz.
Los perredistas Claudia Edith Anaya, Socorro Sofío Ramírez y Esthela Damián Peralta, así como el petista Alfonso Primitivo Ríos, e incluso “independientes”, como Emilio Serrano, continúan como diputados en funciones, con todas las prerrogativas legales y económicas que el cargo representa para ellos.
Ni el texto constitucional ni la legislación electoral vigente obligan a los diputados a solicitar licencia para competir por otros cargos de elección popular, pero los estatutos de algunos partidos, como el PRI, sí establecen ese requisito para registrarse en las contiendas internas.
Por ello, legisladores priistas como Zamora, Omar Fayad, Marcela Guerra, Eviel Pérez y Sofía Castro dejaron temporalmente su curul a mediados de enero y, una vez ganadas sus candidaturas, solicitaron su plena reincorporación a la Cámara.
Ruiz Massieu solicitó licencia en dos ocasiones y también dos veces regresó a ocupar su curul; la última, el 30 de abril, a solo unas horas de cerrar el pasado periodo ordinario de sesiones.
El ex presidente de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta, denunció en su momento que alrededor de 120 legisladores dejaron vacías sus curules, sin permitir el llamado a sus suplentes, lo que derivó en la suspensión de al menos seis sesiones por falta de quórum.
Agencias