La intención era venderle a Muammar Khadafi grandes cantidades de armas y municiones, publicó The New York Times en su edición digital.
El diario asegura que esa información fue obtenida de unos documentos del régimen libio encontrados por un periodista canadiense y que, según los rebeldes, son auténticos.
El material encontrado muestra que compañías chinas de armas, controladas por el Estado, ofrecieron abastecer al líder depuesto con lanzacohetes, misiles antitanque, misiles para derribar aviones y otras armas y municiones.
Las empresas aparentemente sugirieron que el envío de las armas se hiciera a través de terceros países como Argelia o Sudáfrica.
Además, los documentos incluyen un texto de oficiales de seguridad del régimen libio que detalla un “viaje de negocios” a Pekín el pasado 16 de julio.
Escritos en árabe y hallados por el periodista canadiense Graeme Smith en la basura del barrio Bab Akkarah de Trípoli, donde vivían muchos oficiales del régimen, losdocumentos fueron colgados hoy en la web de The Globe and Mail, un diario de Toronto, según The New York Times.
“Tenemos fuertes evidencias de los tratos entre China y Khadafi, y tenemos todos los documentos para probarlo”, dijo Abdulrahman Busin, un portavoz de los rebeldes.
Las autoridades asiáticas reconocieron que empresas de armas de su país estuvieron en contacto con mandos, por entonces, oficiales de Libia. Pero, también, denunciaron que nunca fueron avisadas de las negociaciones.
“Después de haber realizado algunas verificaciones, hemos comprobado que el régimen de Khadafi envió a su gente a China para mantener contactos con ciertos individuos de empresas en julio, sin ponerlo en conocimiento del Gobierno”, reconoció en rueda de prensa la vocera de turno de la cancillería china, Jiang Yu.
Las empresas chinas “no han firmado ningún contrato de comercio de armamento con Libia ni tampoco han suministrado exportaciones militares”, agregó la funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores.
No obstante, Jiang declinó aclarar a la prensa cómo se pudo llevar a cabo un encuentro entre ambas partes sin conocimiento del Gobierno.
La portavoz evitó también comentar la información publicada por The New York Timesrelativa a que las compañías chinas sugirieron enviar las armas a través de otros países.
El gigante asiático no ha reconocido todavía oficialmente al gobierno de transición libio, en manos de los rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT), y después de que éste pusiera en duda los acuerdos petroleros con Pekín, al no haber respaldado los ataques de la OTAN contra Khadafi.
“China respeta la elección realizada por el pueblo libio y valora el importante papel desempeñado por la CNT, por lo que queremos mantener un contacto cercano con el consejo”, reiteró hoy Jiang.
Tras ser uno de los más importantes aliados del régimen de Khadafi, Pekín cambió su discurso en las últimas semanas con la intención de participar en la reconstrucción del país africano.
China compra un 11 por ciento de su producción petrolera a Libia, equivalente a 1,5 millones de barriles diarios o a un 3 por ciento del consumo del país asiático, el segundo mayor consumidor del mundo.
Además, Pekín tenía medio centenar de proyectos de energía, telecomunicaciones e infraestructuras valorados en US$ 18.800 millones en los que trabajaban unos 35.000 obreros chinos, evacuados al iniciarse la rebelión en febrero pasado.
EFE