A unos días de celebrarse el tradicional Día de Reyes, ya se puede observar que las panaderías, centros comerciales y mercados públicos empiezan a vender la Rosca de Reyes.
A decir de las personas que se dedican a la elaboración y venta de la rosca de reyes, confían en que sus ventas repunten durante estos días, ya que el año pasado derivado de la pandemia del COVID-19 sus ventas bajaron.
En este sentido, coincidieron en que desde los primeros días de enero 2022 empezaron a ofrecer las tradicionales roscas y han tenido gran demanda.
Asimismo, señalaron que han buscado la forma de mantener sus precios pese a que aumentó el costo de la materia prima, sin embargo, para no afectar el bolsillo de las familias oaxaqueñas tratan de que sean baratas.
La Rosca de Reyes es una de las bellas tradiciones que hasta la fecha se conservan en México y que marca el fin de las fiestas decembrinas, que inician el 12 de diciembre con la celebración de la Virgen de Guadalupe.
La rosca no solo viene a recordar el 6 de enero, día en que los Reyes Magos vienen a dejar regalos a las y los niños, sino hay una historia muy significativa, todo comenzó en el siglo IV cuando el cristianismo dentro del Imperio Romano acostumbraba ocultar un haba al interior de un pan durante la Saturnalia (que más tarde sería sustituida por la Navidad), fiesta dedicada a Saturno y que coincidía con el solsticio de invierno.
Tras continuar con el mismo ritual durante la Edad Media, Francia decidió para el siglo XIV establecer el 6 de enero, la celebración de la “Epifanía”, que representaba la conmemoración de los Reyes Magos hecha por los cristianos de occidente, mientras que los europeos ortodoxos celebran el bautismo del niño Jesús.
Posteriormente, con la llegada de los españoles, que trajeron consigo el catolicismo a nuestro país, la rosca se convirtió en un símbolo importante para representar la huída de María y José, que nos lleva a explicar el motivo por el que se esconde el popular muñequito.
Hubo un momento en la historia, donde María y José tuvieron que huir para esconder a Jesús y ponerlo a salvo de la persecución del Rey Herodes, quien quería matarlo por ser designado como el Rey de los Judíos y el único que podía quitarle su poder.
Finalmente, es en siglo XVI cuando nuestro país opta por adornar la rosca con higos, ate y acitrón, donde el haba que previamente se escondía, termina por sustituirse por la figura de un niño de plástico.
La tradición dicta que quien encuentre la figurita del niño Dios, será su padrino, lo vestirá y llevará a misa el Día de la Candelaria (2 de febrero). Además deberá preparar los tamales y atole para los invitados ese día.
Diana Méndez