* En un ejercicio de creación de escenarios futuros adelantamos que así como se ha judicializado la candidatura a la Gobernación en Morena, lo mismo ocurrirá con el próximo resultado electoral.
* Mucho daño hace al gobierno de Alejandro Murat la deslealtad y ambición desmedida de sus amigos, traducida finalmente en traición a su amistad y confianza, y servicio al pueblo de Oaxaca.
Contra los hechos, no hay argumento que valga. Contra factum non valet argumentum. Y menos pretextos que justifiquen lo injustificable. La peor estupidez es no ver los hechos por soberbia.
Varios hechos de violencia común, organizada y, sobre todo, política, empañan desde ya el actual proceso electoral. ¡Y lo que falta!, advertimos sin pecar de alarmista, pitoniso o agorero del desastre.
El problema de fondo es estructural: La total impunidad resultante de las amplias redes de complicidad con los diversos niveles de los tres órdenes de gobierno, fincadas en la corrupción.
Mucho daño hace al gobierno de Alejandro Murat la deslealtad y ambición desmedida de sus amigos, traducida finalmente en traición a su amistad y confianza, y servicio al pueblo de Oaxaca. Caso concreto es el llamado “Cartel del Despojo”, integrado por los titulares de las dependencias del sector inmobiliario. El gobernador sabe que somos víctimas de la invasión de un predio.
Al no cumplir funcionarios sus órdenes de atender y resolver la invasión, directa y personalmente el gobernador se ha comprometido con nosotros a dar próxima solución al despojo en cuestión.
La insensibilidad y falta de visión para ayudar a su jefe y amigo, es la torpe actitud de impedir que movimiento sociales ciudadanos le den a conocer propuestas de solución a diversos problemas.
Es por demás conocida la omisión, negligencia y complicidad, denunciada públicamente, de los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones y de la propia Fiscalía General del Estado.
Ante la denuncia pública, la Fiscalía General de Oaxaca (FGO), se vio obligada a iniciar la carpeta de investigación contra elementos de la AEI por el delito de homicidio en Huautla de Jiménez.
La irresponsable actitud y desempeño de Arturo de Jesús Peimbert Calvo, al despachar desde la Ciudad de México, complica la ya de suyo el complejo funcionamiento de la Fiscalía General.
En la agenda de riesgos estatales, un escenario no descartable debe prever que la violencia política se acrecentará durante la campaña electoral y más todavía en la jornada electoral del 5 de junio.
La Asamblea de los Pueblos Indígenas (API), el Partido Unidad Popular (PUP) y el MULT usan la muerte de su dirigente en la Cañada, Iván Merino; iniciarán jornada de lucha con marchas y bloqueos.
Una señal de alerta de la violencia política que viene es el sainete de Tania López en la firma del Pacto de Civilidad de los candidatos en Xoxocotlán, tras acusaciones de Anel Ángeles, candidata de MC.
Otra causa es la división y enfrentamiento en las filas de Morena por la candidatura a la Gobernación de Oaxaca y la participación de grupos radicales y su vinculación a la delincuencia organizada.
La edil de Tehuantepec, Vilma Martínez Cortés, incondicional de Salomón Jara, es investigada por el OSFE por el desvío de más de 130 millones de pesos en las participaciones de los ramos 28 y 33, durante su pasada administración.
Un factor que influirá, decisiva y decididamente, en la violencia política es la permanente actitud de rechazo a las derrotas electorales por parte de las tribus de Morena y la denuncia de fraude.
Otro factor es la lucha del Presidente López Obrador contra el INE que en medida cautelar emitida le ordena retirar propaganda gubernamental, acción que viola la veda en Revocación de Mandato.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros adelantamos que, así como se ha judicializado la candidatura a la Gobernación en Morena, lo mismo ocurrirá con el próximo resultado electoral.
La razón es simple y sencilla, reiteramos que, gane quien gane la candidatura, Salomón Jara o Susana Harp, ninguno de los dos se sumará y apoyará el triunfo del otro y, sí, la derrota de este.
En la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Guelatao, la tierra de Juárez, dos personas exhibieron cartulinas con la leyenda “Con AMLO todo, con Salomón nada”. ¡Qué tal!
El tercer jinete del Apocalipsis continúa cabalgando a lo largo y ancho de México y Oaxaca en el caballo bayo. La inseguridad y violencia es creciente. El fin de semana fue sangriento en Oaxaca.
Durante la visita presidencial dos políticos fueron ejecutados, Edilberto P, ex candidato a edil del PT en Jamiltepec e Iván M., líder de API en la Cañada, ejecutado en Teotitlán de Flores Magón.
A ello, se sumó la ejecución de un hombre que viajaba en motocicleta frente al restaurante El Huaje, en la calle principal de Etla. La violencia se apodera impunemente de las calles de Oaxaca.
Previamente, ejecutaron a un hombre en San Andrés Cuixtla, Miahuatlán sobre un camino de terracería, quien se transportaba en una camioneta de lujo con placas de Oaxaca. ¡Ah, caray!
La danza macabra suma 1,656 mujeres desaparecidas en seis años. Los casos se concentran en Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino, San Antonio de la Cal y Atzompa.
En 2020, en tres municipios de Etla ocurrió el mayor número de casos, San Pablo, Villa de Etla y San Lorenzo Cacaotepec. Lo peor es que de poco sirve saberlo. Las desapariciones continúan.
La saxofonista Elena Ríos denuncia corrupción de autoridades en su caso. A más de dos años, el presunto autor material del fallido feminicidio, Juan Vera Carrizal, no ha sido sentenciado ni su hijo detenido.
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