En muchas encuestas previas a la designación del candidato de López Obrador al gobierno de la Ciudad de México se han tenido resultados diversos: alguna de ellas da como ganador a cualquiera de la terna central. Ello quiere decir que una encuesta es el camino más inexacto para resolver una candidatura.
López Obrador debería de ser el más desconfiado de las encuestas, porque en las elecciones presidenciales del 2006 y del 2012 hubo varias –de él mismo, inclusive– que lo daban como ganador, pero en las urnas fue el perdedor. El tabasqueño inventó, a lo largo de las contiendas, la caracterización de cuchareadas para aquellas encuestas usadas por sus adversarios para vender la idea de que estaba perdiendo.
El propio líder de Morena debería desconfiar de las encuestas por otra razón: en la definición de la candidatura presidencial del 2012, el PRD abrió el modelo de la encuesta entre dos aspirantes: López Obrador y Marcelo Ebrard. El resultado real –metodología y preguntas de control– nunca se conoció, Ebrard no quiso pelearse con López Obrador y declinó a sabiendas de que una de las encuestas lo beneficiaba. Al final, López Obrador –como acostumbra– se agandalló la candidatura.
Cualquier resultado hoy jueves de la encuesta para definir el candidato morenista a la CdMx va a conducir a una fractura: cualquiera que gane dejará la certeza de que la encuesta oficial de Morena estuvo cuchareada y que Morena estaría llevando el método priísta del dedazo a un nivel superior: la encuesta sólo para legitimar resultados decididos por dedazo.
La encuesta es un pulso de potenciales electores, promedia resultados y refiere sólo gustos. Expertos en encuestas señalan que muchos encuestados suelen cambiar de opinión apenas terminado el cuestionario y que el encuestado puede reflejar los gustos de sus líderes y no sus preferencias propias. Las encuestas suelen tener buena aceptación en sondeos comerciales porque el método sondea satisfacciones, no convicciones.
El método más certero y democrático para elegir candidatos es el de las elecciones primarias; una votación controlada por autoridades electorales entre aspirantes y decidida por votantes en un acto legal de votación. Hillary Clinton era la preferida del establishment estadunidense de los grupos de poder, pero Donald Trump ganó las primeras porque votaron ciudadanos y no líderes.
Una elección primaria para elegir al candidato a jefe de gobierno de la CdMx le quitaría el poder al dedazo lopezobradorista copiado del PRI; una primaria en el PRI resolvería la crisis estatutaria de militancia o de continuidad neoliberal; una primaria en el PAN consultaría a los ciudadanos sobre la candidatura que, como lección aprendida y mejorada del PRI y de López Obrador, el presidente nacional priísta Ricardo Anaya ya se agandalló.
A partir de la maldición de Robert Michels (1912) de que los partidos están dirigidos por oligarquías, las elecciones primarias convertirían a los partidos políticos en verdaderos espacios de canalización de prácticas democráticas reales. Pero como la reforma a las prácticas partidistas pasan por los partidos en el Congreso, entonces las primarias nunca se aprobarán en México y las prácticas de dedazos seguirán dominando al PRI, al PAN, a Morena y al PRD.
La designación de candidatos a capricho de líderes contrasta con el aumento en el interés participativo de la sociedad en la designación de candidatos. Morena no será la excepción del método priísta de los dedazos, porque el ADN de López Obrador es priísta.
Política para dummies: La política es el arte de tener mayores posiciones de poder con menos votos.
Sólo para sus ojos:
- El dirigente panista Ricardo Anaya quiere vacunarse: denuncio que quiso ser chantajeado por el gobierno para que apoyara pase automático de procurador a fiscal, justo un día antes que El Universaldenunciara propiedades urbanas de más de 350 millones de pesos del panista,
- En el entendido de que es una encuesta, la de El Universal trae tres datos interesantes: el PRI subió cuatro puntos en tendencia de voto Morena bajó un punto, el PAN disminuyó cuatro puntos; el PRD perdió un punto en rechazo y los demás aumentaron un punto cada uno; y bajó siete puntos la preferencia por independientes.
- El gobernador nayarita a punto de engrosar la camada de Javier Duarte, César Duarte y Roberto Borge: los EE.UU., le cancelaron la visa por tema de narcotráfico. La PGR debe abrir expediente indagatorio, antes de que en Washington lo hagan.