Elecciones en EUA, impactan en México: Joel Hernández Santiago

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Quiérase o no, lo que ocurre en Estados Unidos de América –en su política, en su economía-en su seguridad interna-en su política exterior…- tiene un impacto directo en sus equivalentes mexicanos. Ya se decía: si a EUA le da catarro, a México le da pulmonía… y así… O aquel viejo dicho de Porfirio Díaz que todo mundo refiere en conmiseración por nuestro país…

 

Y es cierto. Tanto por razones de vecindad como por vínculos económicos, por su seguridad interna en tanto aquel gobierno –todos sus gobiernos- ven a México como un espacio de resguardo para su seguridad nacional (aquello de “las fronteras porosas” de México es su día a día y, por eso, sus agentes están aquí, con o sin permiso y como Pedro por su casa, mientras que el gobierno mexicano hace como que no ve, aunque sí ve.)…

 

En todo caso, esa relación de amor y odio es histórica desde nuestros orígenes y, de una forma u otra, la potencia estadounidense ejerce presión a sus vecinos del continente sur y hasta ha auspiciado dictaduras o golpes de Estado en Centro y Sudamérica. Pero México es de su mayor interés y por eso aprieta la tuerca para obtener beneficios y resguardo, bajo amenaza. Ha sido así.

 

Es de origen, por cultura, creencias, conformación étnica…:

 

“A pesar de que el país del norte se ha constituido de la confluencia de múltiples pueblos, en su cultura predominan los valores protestantes calvinistas, con su culto al trabajo, su aprecio a los logros materiales y su convicción de un mundo dividido entre elegidos y condenados…

 

“El pueblo mestizo del sur es básicamente católico, con un sentido de destino, que confía en la Providencia para la solución de los problemas graves, que trabaja para vivir y está convencido de que la salvación se alcanza por las obras…” (V. Josefina Zoraida Vázquez).

 

A fines del Siglo XIX los norteños decían que sus vecinos del sur son  “crueles y perezosos”, según Timothy Pickering en 1799. John Adams dijo que “es tan absurdo hablar de establecer democracias entre los pájaros, los animales y los peces, como entre hispanoamericanos”. Luego de la doble mutilación de México en el siglo XIX y las intervenciones militares, surgió un sentimiento de odio mexicano hacia los estadounidenses en tanto ellos miran a los mexicanos con desprecio.

 

Cierto que no es así en general. Gran parte del pueblo estadounidense ha acompañado al pueblo de México en gestas de construcción y buena vecindad. Hay amistades entrañables entre estadounidenses y mexicanos; sin embargo de gobierno a gobierno las cosas cambian por las presiones para que los gobiernos de México accedan a los intereses de aquellas presidencias.

 

Pocas veces se había visto de nuevo aquel desprecio hacia México como es el que ha mostrado Donald J. Trump el presidente republicano, ya desde su campaña para conseguir la presidencia. “México” era fuego en sus ideas y en sus labios: “ladrones, matones, violadores, perezosos, criminales…” era lo menos que atribuía a los mexicanos… Y su promesa a sus votantes fue la de construir un muro entre ambos países y endurecer su trato con los trabajadores mexicanos allá. Y así mismo cuando consiguió ser presidente.  

 

Sin embargo al acceder –el gobierno mexicano actual- a las exigencias de Trump, desde el cambio de estatutos y contenidos del Tratado comercial entre México-Canadá y EUA, hasta bloquear la migración centroamericana y sellar ambas fronteras con miembros de la Guardia Nacional o enviar narcotraficantes mexicanos para ser juzgados allá, y tanto más que no está a la vista, ha hecho que de pronto Trump vea a México como su aliado y al presidente mexicano como su “amigo”. Y lo dice y lo redice a lo largo de su campaña para reelegirse.

 

La primera salida al exterior de AMLO fue para visitar en Washington a Donald J. Trump “su amigo”, el 8 de junio pasado, causó estupor acá y allá; acá por todo lo que ha dicho Trump de México y los mexicanos y porque lejos de plantear la voluntad soberana del país, el presidente mexicano se ha mostrado solícito y ‘amistoso’ con él, y porque la visita se vio como un claro apoyo a la reelección republicana de Trump, lo que cayó muy mal a los Demócratas estadounidenses.

 

Los Demócratas se sintieron traicionados por AMLO toda vez que ellos desde el Congreso y desde distintos foros de gobierno habían mostrado indignación hacia Trump y su gobierno por el trato discriminatorio, grosero y agresivo contra México. La visita mexicana les indignó y lo dijo el candidato a la presidencia Joe Biden.

 

“Trump lanzó su campaña de 2016 llamando violadores a los mexicanos. Él ha propagado el racismo contra nuestra comunidad latina desde entonces.” Dijo el mismo 8 de junio.

 

Así que, por hangas o por mangas, lo que pasa allá impacta a México, para bien o para mal; en particular en la estancia de mexicanos que trabajan allá –documentados o no- y que generan riqueza tanto para EUA como en sus remesas hacia México, aunque AMLO no quiso recibir a una representación de mexicanos en Washington, a pesar de su insistencia para verlo.

 

Ya faltan unas cuantas semanas para las elecciones el martes 3 de noviembre. El martes 29 de septiembre fue el Primer Debate presidencial, en Cleveland, Ohio, que no fue debate y que causó polémica por la actitud de Trump de llegar a desactivarlo para evadir respuestas. Faltan otros dos, aunque todo se altera con el presunto contagio por Covid 19 del presidente estadounidense.

 

Al momento Joe Biden adelanta 10 puntos a Donald J. Trump, aun después de esta reclusión hospitalaria. Todo parece indicar que ganará el Demócrata si es que Trump no inventa o hace alguna triquiñuela.

 

¿Qué significa para México? Que todo seguirá igual aunque tendrá que hacerse una labor diplomática de gran calado para que el presidente de México consiga amainar el enojo de los demócratas.  Ya veremos.

 

joelhsantiago@gmail.com