Como en la Feria de San Marcos, ‘las apuestas están gastadas’ y todo está dispuesto para la pelea electoral de junio de 2021 en México: Caiga quien caiga, pase lo que pase, con pandemia o sin pandemia, con crisis económica o no: No importa.
A los partidos políticos y sus operarios sí les importa el triunfo electoral en la mayoría de los 15 estados que cambian gobernador; si les importan los 3 mil puestos de elección popular en todo el país y mantener las mayorías legislativas y las alcaldías… Si importa el poder…
Y para esto ya se acomodan las piezas que van a la lisa: Morena, por su parte parece haber concluido la pelea interna que mantuvo por meses para conseguir la presidencia de este partido que es, como ya se vio, muchos partidos en uno… Digamos que es su síndrome histórico…
Esto porque en gran medida nació como una escisión del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ‘ayer maravillas fue, y ahora ni sombra es’. Y junto con esa mayoría de ex perredistas se aglutinaron otras fuerzas políticas distintas, incluso de priistas decepcionados luego del fallido gobierno de Enrique Peña Nieto y a la vista del triunfo de Morena en las elecciones de 2018.
Así que lo de sus pleitos recientes no es una novedad; no la hay porque si bien legalmente este es un solo partido, en su conformación existen diversas corrientes ideológicas, doctrinarias o, de plano de interés político que construyen un Movimiento, no un partido: cosa muy distinta.
Lo que está a la vista es que después de tres intentos, al final y de manera nada sorpresiva, con 58.6% de las preferencias ganó la tercera encuesta y la presidencia de Morena el candidato presidencial: Mario Delgado, al que los primerísimos en felicitar fueron funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quizá porque ahí ven su futuro político asociado con el canciller Marcelo Ebrard, lo que significaría un impulso primario del presidente López Obrador a su ex jefe y amigo.
Aparte, aunque lo repudien, los mismos morenistas, que estaban metidos en su jaloneo, en sus empujones, en la feria de lanzarse inmundicia unos a otros aspirantes a la presidencia del Movimiento, perdieron en Coahuila e Hidalgo, en donde el PRI se alzó con el triunfo mayoritario, dejando como segunda fuerza a Morena y al PAN, ‘muy cerca de su ocaso’.
Estas elecciones mostraron que Morena no las tiene todas consigo, a pesar de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de su permanente campaña electoral desde la tribuna matutina de Palacio Nacional y a pesar de que insiste en que este país está de maravillas, casi el Mundo de Oz. Es posible que esta lección les haya hecho encender sus propias alarmas…
Por lo demás, están ahí los otros partidos, los prácticamente inexistentes otros partidos “de oposición” que responden a sus mezquinos intereses de ‘vender caro su amor aventureros’, al mejor postor. Son la minoría que decide lo que sus intereses les indican, no los intereses del país que les paga. ¿Qué hacen ahí?
Y la misma pregunta se le haría al Instituto Nacional Electoral, el mismo que se supone que no nada más está para coordinar y vigilar elecciones, sino que tiene asignada una parte importante del presupuesto que se les entrega para “fortalecer el sistema de partidos en México”. ¿Se fortalece al sistema de partidos y a la democracia otorgando registro a agrupaciones claramente vinculadas con intereses distintos a los de la Nación, o a gran parte de esa Nación?
Ya está de nueva cuenta el registro como Partido Político al ex Partido Encuentro Social que perdió su registro en 2018 y que aparece ahora disfrazado de Partido Encuentro Solidario, una organización muy vinculada con corrientes de ultraderecha en México, con Pentecosteses, aunque dispuesto a apoyar a las decisiones de un gobierno que se presume de izquierda, como es Morena.
También otorgaron registro a Redes Sociales Progresistas, representado por Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo y a Fuerza Social por México, representado por Pedro Haces, un senador suplente de Morena y líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM)…
El mismo senador suplente que en 2018 fijó su filiación al aprobarse el incremento al salario mínimo:
“En la CATEM respaldamos la decisión del Presidente, los trabajadores de México somos soldados del Presidente de la República, necesitamos que le vaya bien para que le vaya bien al país” dijo.
La contienda se centrará en la participación de Morena, del Partido Revolucionario Institucional –ahora oxigenado, pero no lo suficiente con sus triunfos en Coahuila e Hidalgo- y del Partido Acción Nacional (PAN) que ha actuado como contestatario del gobierno de la 4-T, pero sin fuerza política suficiente… Acaso Movimiento Ciudadano… pero no tanto…
Los otros seis partidos en su mayoría son minoría, y quieren seguir siendo minoría. No les interesa más: si les interesa el poder que otorga su voto a favor o en contra, o sus alianzas o coaliciones: se venden al mejor postor… ¿quién da más?…
Y ya todo listo y encaminado hacia las elecciones que le quitan el modo de andar a todos los actores políticos de hoy… Los ciudadanos son lo de menos… O no: son un voto en cada hijo te dio. ¿O sí? ¿O no?
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