Una enorme fotografía del papaJuan Pablo II junto al lema “Spalancate le porte a Cristo” (Abrid las puertas a Cristo) preside la plaza de San Pedro en el Vaticano. En ella se ve al Pontífice sujetando una cruz y mirando hacia la basílica, la misma donde el domingo será beatificado y en la que en sus casi 27 años de pontificado ofreció numerosas misas.
Es la imagen más grande y la que más impresiona. También es la más bonita porque muestra el rostro amable de uno de los papas más queridos de la historia. Pero no es la única. A lo largo de toda la vía de la Conciliazione, la calle principal que va desde el río Tíber hasta la plaza de San Pedro y en las dos arterias laterales, son cientos las imágenes que se pueden ver en las calles, las farolas y las paradas de los autobuses de Karol Wojtyla. Mientras que en 14 pantallas de televisión se muestran videos de los 126 viajes que realizó.
También las tiendas de recuerdos han sacado fotografías del pontífice a la calle. En ellas se venden desde playeras hasta mecheros, velas, llaveros, tazas, calendarios, rosarios y marcos de fotos con la imagen del Papa a precios desorbitados. Siempre están llenas de gente y aunque los dueños reconocen que sólo han incrementado sus ventas 15%, los vecinos aseguran que están vendiendo más que nunca.
En la plaza ya está todo preparado. La zona del altar está decorada con plantas verdes y decenas de sillas negras aguardan a los miembros de las delegaciones oficiales y a los religiosos. Todos ellos serán los privilegiados que podrán ver la ceremonia desde muy cerca. El resto, tanto periodistas como los peregrinos, tendrán que aguardar durante horas en la fila desde el día anterior para lograr un buen lugar o verlo en la televisión de la sala de prensa.
Llegan miles de turistas
En la ciudad, cada día hay más peregrinos. Miles llegan procedentes de todas partes del mundo y la mayoría abarrota la plaza de San Pedro aguardando en largas filas entrar a la basílica. Algunos visitantes están hospedados en modestos hoteles de tres estrellas por los que han pagado hasta 400 euros por la noche del domingo y religiosos y seminaristas abarrotan monasterios en los que abonan la voluntad. La noche del domingo, el Vaticano ha decidido dejar abiertas ocho iglesias del centro de Roma en la llamada “noche blanca de los rezos”, para aquellos que quieran tener un techo. Además, a las cinco de la madrugada se abrirá al público la plaza de San Pedro para todos aquellos que deseen ponerse en la fila y así lograr un buen lugar para ver la ceremonia, que comenzará a las 10 de la mañana (tres de la madrugada en México). Se calcula que en la plaza y en las calles aledañas caben medio millón de personas, pero se espera a un millón, cien mil de ellos polacos (país natal de Karol Wojtyla).
La plaza también está llena de periodistas. Según datos de la Santa Sede, se han acreditado 2 mil 300 reporteros de más de 100 países y la ceremonia será transmitida por mil 300 televisoras y 250 estaciones de radio.
Hoy se celebrará la Vigilia en el Circo Massimo de Roma, que tendrá dos partes. En la primera: la “Celebración de la Memoria”, intervendrán el que fue secretario particular de Juan Pablo II y actual cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz; su antiguo vocero durante 22 años, el español Joaquín Navarro Valls, y la monja francesa Marie Simon Pierre, cuya curación de la enfermedad de parkinson abrió las puertas a la beatificación.
La segunda parte será la “Celebración de los Misterios Luminosos del Santo Rosario”, que fueron introducidos por Juan Pablo II durante su papado. El rosario se recitará en conexión directa con cinco santuarios marianos de todo el mundo: la basílica de Guadalupe, en México; Fátima, en Portugal; Lagniewniki, en Polonia; Kawekamo-Bugando, en Tanzania, y Notre Dame, en París, a los que estaba muy ligado el Papa Wojtyla. En Guadalupe se pedirá por la esperanza y la paz de los pueblos, en Fátima, por la Iglesia; en Lagniewniki, por los jóvenes; en Kawekamo-Bugando, por la familia; y en Notre Dame de París, por la evangelización.
El Universal