SAN FRANCISCO, California.- En su editorial del jueves 29 de junio, el periódico The Washington Post aceptó su derrota ante el presidente Donald Trump. El dato es mayor: por primera vez la prensa estadunidense –y el Post de Watergate a la cabeza– declara la impotencia de los medios ante la Casa Blanca.
Claro que se trata de un Post diferente; no es el de Katharine Graham que dio la lucha en 1971 para publicar los Papeles del Pentágono ni el de Ben Bradlee que apoyó sin discusión a los reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein para publicar revelaciones de Watergate sin fuentes directas.
Es el Post que fue comprado por 250 millones de dólares por el empresario Jeff Bezos, el dueño del consorcio Amazon, miembro del establishment del capitalismo y el segundo hombre más rico del mundo con una fortuna de 75 mil millones de dólares. Como empresario, su riqueza depende de la estabilidad bursátil y por tanto de la viabilidad del sistema político estadunidense que depende de la Casa Blanca. En la presidencia de Trump ha aumentado Bezos su fortuna en mil 500 millones de dólares.
En su editorial, el Post asume su incapacidad para funcionar como contrapeso del poder: “después de los tuits execrables (contra dos conductores de la NBC), es obvio que no tiene sentido invitar al presidente Trump a actuar con mayor dignidad, respeto por su cargo o, por lo demás, respeto a sí mismo. No va a suceder”.
La prensa se declara impotente ante Trump. El Post se reconoce como un diario de informaciones incómodas, pero sin ningún efecto en el poder. Por eso el Post piensa que a la presidencia de Trump sólo pueden contrapesarla presiones internacionales. “Eso ha hecho crucial que otros llenen la brecha (en nombre del Congreso, la sociedad civil y los ciudadanos) para defender la libertad y para que los EE.UU. sigan siendo el faro de libertad en el mundo”.
Y agrega el Post, con pesimismo y frustración: la prensa no puede influir en la conducta del presidente. Esa tarea “puede estar más allá del poder de cualquier otro político cambiar la conducta de Trump”. Pero en el fondo, casi nada queda por hacer porque, deja entrever el Post, Trump ha ganado: “todos debemos concentrarnos en preservar una pequeña llama de decencia para que, cuando termine (no ahora) la era de Trump, esa llama pueda reavivarse en el tipo de discurso que volvería orgulloso al país”.
El editorial del Post coronó una semana de confrontaciones de Trump con The New York Times, la NBC y sobre todo la CNN y el meme de Trump como luchador. Pero los que pocos han registrado es el hecho que sí destacó el sitio breitbar.com sobre la reconstrucción del poder de Steve Bannon al interior de la Casa Blanca. Bannon es el supremacista que desde su sitio ha confrontado a la prensa liberal que arrancó fuerte como superasesor de Trump, luego fue marginado y ahora retoma todo el poder presidencial.
Trump ha fijado las nuevas reglas del juego del periodismo, sacándolo –lo escribió Mitchell Stephens en político.com el lunes 26 de junio– del terreno del periodismo balanceado y no partidista, es decir, llevando el periodismo informativo al terreno del periodismo militante, lejos del verdadero periodismo de investigación.
Con el Post y Stephens el periodismo estadunidense se da por derrotado.
Política para dummies: La política es la capacidad de decisión para no darse por vencido jamás porque el poder da muchas vueltas.
Sólo para sus ojos:
Un cambio en la mentalidad de los estadunidenses: este 4 de julio una mujer subió a las redes un video donde se orina sobre una bandera de los EE.UU. y la reacción en su contra incluyó amenazas de muerte. Y el mismo día la cantante disidente Madonna subió fotos donde aparece topless con una bandera estadunidense amarrada en la cintura.
Datos sobre la crisis en la CNN: además del pleito por noticias falsas, parece que Trump quiere frenar una fusión de corporativos de medios que fortalecería a la cadena. Pero la CNN sigue cometiendo errores: amenazó con dar a conocer el nombre del realizador del video de lucha Trump-CNN, pero dejó la impresión de un chantaje.
Y los dos conductores criticados por Trump hace unos días no sólo tenían indicios de amistad entre ellos y varias comidas cordiales, sino que la conductora había “recomendado” a Trump a una subdirectora del consejo de seguridad nacional.
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@carlosramirezh