Dedicado a la memoria de mi madre, una oaxaqueña que aspiraba a un mejor país
El título de mi columna de esta semana lo tomo prestado de un artículo de investigación científica que he revisado recientemente junto a mis estudiantes de geografía económica en la universidad, a los cuales mando un saludo. “El sur también existe: un ensayo sobre el desarrollo regional” es un artículo que realizaron en el 2002 los economistas Enrique Dávila, Georgina Kessel y Santiago Levy, el documento plantea como tesis principal que las políticas públicas instrumentadas por el gobierno federal en las últimas seis décadas implícitamente han desalentado el desarrollo económico de la región sur de México (Veracruz, Tabasco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo).
En su opinión el atraso del sur de México es el resultado de un largo proceso y más allá del necesario aumento en gasto social, se requiere de un replanteamiento profundo de la política de desarrollo regional del país. Este replanteamiento debe, en primera instancia, ubicar la problemática del sur en un contexto regional y nacional; en una segunda instancia, debe resolver los problemas estructurales que han impedido que el sur logre un desarrollo económico autosostenido, a través de cambios de fondo en la orientación de las políticas públicas.
En el ensayo se usan dos enfoques complementarios (modelo Krugman-Venables y un modelo clásico de programación mixta), para analizar como las políticas públicas inciden en la distribución geográfica de la producción y el empleo, destacando las inversiones públicas en infraestructura, el régimen de comercio exterior, y la política de precios y tarifas de los bienes y servicios producidos por el sector público.
Los resultados indican que la clave para que el sur se desarrolle se encuentra en lograr que el sistema de transportación terrestre deje de ser radial; esto es, que dentro del sistema de transporte existe una localidad cuya supresión escinde dicho sistema en varios segmentos inconexos (la ciudad de México y en general el área metropolitana). El desarrollo del sistema de transporte permite que las ventajas comparativas naturales de la región con menores costos locales de producción se manifiesten. Básicamente sus simulaciones conducen a creer que las empresas se localizarán en el sur, siempre y cuando se reduzcan enormemente los costos de transporte, particularmente hacia los Estados Unidos de Norteamérica, nuestro principal socio comercial. La radialidad del sistema juega en contra del desarrollo del sur de México.
Otro elemento que retarda el desarrollo en el sur de México es la política de precios y tarifas del sector público uniformes. Los precios y tarifas de bienes y servicios producidos o distribuidos por el sector público se han fijado tradicionalmente con criterios ajenos al costo de producción y distribución, generando subsidios cruzados entre regiones. Los autores destacan que las políticas de precios de venta uniformes en todo el país provocaron que la abundancia de recursos energéticos del sur no se tradujera en menores precios o en un adecuado abasto, principalmente de electricidad y gas natural.
Otras políticas que han reprimido el desarrollo económico del sur de México son la exclusividad del Estado en actividades consideradas estratégicas y las relacionadas con los derechos de propiedad de la tierra. La exclusividad del Estado en actividades como la electricidad, gas y petroquímica implicó que las restricciones presupuestales frenaran proyectos rentables y que decisiones erróneas de selección de tecnologías, de inversión en infraestructura, de diseño de plantas o de localización de las mismas, distorsionaran las decisiones de inversión privada en las ramas vinculadas a los proyectos del sector público.
Como resultado de su análisis, los autores realizan una serie de propuestas, cuya meta consiste en elevar la rentabilidad de las inversiones privadas en el sur, a través de la corrección gradual de las distorsiones ocasionadas por la infraestructura de transporte, los precios y tarifas del sector público, la apertura comercial, los derechos de propiedad y la exclusividad del Estado en áreas consideradas estratégicas. Su propuesta enfatiza la realización de obras de infraestructura en transporte e hidroagrícola, cambios institucionales y de regulación, así como la mejora de las señales de mercado.
Fraude a los ahorradores oaxaqueños…
Hace algunos días el Frente Único de Ahorradores Defraudados de Oaxaca me hizo llegar una nota en la que se informa que en los primeros 45 días del actual gobierno estatal se firmaría el primer convenio de pago proporcional para ahorradores defraudados, conforme a la reglamentación del Fipago, pero desafortunadamente para ellos no fue así, con lo que el problema se posterga. Al parecer todo obedece a una ineficiencia más de las autoridades, que fieles a su tradición burocrática no hicieron su tarea y no se dieron cuenta que las auditorías practicadas a las sociedades cooperativas ya eran obsoletas y carecían de valor jurídico, por lo que el dinero no pudo ser entregado a los ahorradores. Esperemos que pronto se resuelva esta situación y los defraudados reciban su dinero. El pago a los ahorradores defraudados seguramente será un incentivo para la economía del estado y dará certeza a la actuación de las nuevas autoridades, hecho con el que todos salimos ganando.
Si lo deseas, sígueme en twitter:
* Doctor especializado en estudios regionales y profesor-investigador de la UACJ
Referencias:
Dávila, Enrique, Georgina Kessel y Santiago Levy. 2002. “El sur también existe: un ensayo sobre el desarrollo regional de México”. Trimestre Económico, vol. 11, núm. 2, pp. 205-260.