Los océanos hacen que la tierra sea un planeta habitable y amortiguan los efectos del cambio climático al absorber un tercio del CO2 -equivalente a aproximadamente 22 toneladas al día- producido por las actividades antropogénicas. El cambio climático y la acidificación de los océanos alteran profundamente los ecosistemas marinos y ponen en peligro la existencia de especies que son parte esencial de una red de alimentación. Esto genera cambios a gran escala en actividades como la pesca y la acuicultura a nivel mundial. Con la acidificación de los mares los esqueletos y caparazones de los corales y moluscos se debilitan, lo que afecta su supervivencia.
Las modificaciones químicas en los océanos también tienen un efecto negativo en los arrecifes de coral. Debido al aumento en el CO2 las temperaturas de los océanos han aumentado, esto afecta la fotosíntesis generada por las algas que viven en los corales, ocasiona un detrimento en la funcionalidad de los corales e incrementa su mortalidad.
México ha desarrollado diversos estudios de sus mares y ecosistemas costeros para documentar el potencial de mitigación, los efectos del cambio climático sobre ellos y las necesidades de adaptación. Desafortunadamente, entre los temas con menor número de publicaciones y, por ende, de estudios científicos dedicados a estudiar su impacto en las costas del país, se encuentra la acidificación de los mares, atlas de riesgos y peligros y economía del cambio climático.
Existen retos en regiones en donde se requiere generar información, como en las costas de Cabo Corrientes que incluye los estados de Nayarit, Jalisco y más al sur en Colima, Guerrero y Oaxaca. En estas zonas las aguas costeras se encuentran dentro de la zona del mínimo de oxígeno y se caracterizan por tener aguas de bajo pH entre 50 y 100 metros de manera natural.
Es por eso, que el día de ayer el Senador Raúl Bolaños-Cacho Cué, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, presentó un Punto de Acuerdo que exhorta a la SEMARNAT, para que a través del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, informe al Senado de la República cuáles han sido los estudios y proyectos realizados y en proceso respecto al fenómeno de acidificación de los mares, océanos y ríos en México, así como sus resultados.
Además exhortó a la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, para que proponga y apoye la realización de estudios de investigación que permitan determinar bajo diversos escenarios de cambio climático la forma de gestionar de manera óptima los ecosistemas marinos frente a la acidificación y otras amenazas combinadas, en donde se atienda la vulnerabilidad en las comunidades costeras del país. Esto resulta de gran relevancia para la definición de la agenda legislativa y política pública dirigida a la adaptación y mitigación del cambio climático.