Uno de los cambios más trascendentes anunciados por el Gobernador Alejandro Murat ayer lunes, fue el de la titularidad del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. El director saliente, Germán Cervantes Ayala, entregó finalmente la responsabilidad al oaxaqueño Francisco Ángel Villarreal, que ahora tendrá el enorme reto de constatar que el gobierno estatal es capaz de conducir nuevamente la política educativa y la compleja relación con la Sección 22 del SNTE, en un marco de institucionalidad y cumplimiento de la reforma educativa en todos sus aspectos.
En efecto, en un acto realizado la mañana de ayer en el Centro Cultura y de Convenciones, el Gobernador Murat Hinojosa anunció nuevos cambios en el gabinete, por lo que nombró a Juan Pablo Guzmán Cobián como nuevo Secretario de Economía; Ana Vásquez Colmenares como Secretaría de la Mujer Oaxaqueña; y Francisco Ángel Villarreal como Director General del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
Así también a Francisco Ángel Maldonado Martínez, como titular del Instituto de Capacitación y Productividad para el Trabajo del Estado de Oaxaca (ICAPET) y como encargados en la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), Ignacio Antonio Toscano Jarquín; en la Dirección General del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia -DIF Oaxaca-, Christian Holm, y como encargada del INJEO, Alma Ruth Bohórquez Rodríguez.
De entre todos estos movimientos, uno que reviste particular importancia es el de la titularidad del IEEPO, por el amplio y complejo proceso que esta institución ha seguido, desde que le fue expropiada a la dirigencia de la Sección 22 del SNTE en julio de 2015. Si se entiende bien la magnitud de lo que ocurrió entonces, la refundación del IEEPO vino acompañada de una clara actitud de desconfianza por parte del gobierno federal en contra de la administración de Gabino Cué.
Si bien éste había colaborado en el “rescate” del instituto educativo —al ser quien firmó el decreto de extinción del antiguo IEEPO, y la conformación de una nueva institución del mismo nombre—, para todos era evidente que la actitud del entonces Gobernador era potencialmente sumisa y sujeta a las presiones magisteriales.
Por esa misma razón, desde que se creó el llamado “Nuevo IEEPO”, el gobierno federal a través de la Secretaría de Educación Pública mantuvo una vigilancia estricta de los movimientos y decisiones al interior del instituto educativo, y luego de un periodo relativamente corto de existencia del llamado “Nuevo IEEPO”, pactó con el Gobernador Cué la renuncia de Moisés Robles Cruz, y el nombramiento de Germán Cervantes Ayala —un funcionario de carrera en la SEP— como una especie de “director de transición” que garantizara la continuación de la implementación de la reforma educativa, independientemente del cambio de administración en la entidad.
El problema, según lo diagnosticaba la SEP, no era de nombres o de talantes políticos, sino eminentemente técnicos y de intereses. El gobierno federal acababa de asumir el control de la nómina educativa a través del FONE, y mantenía una fuerte disputa con el sindicato magisterial oaxaqueño por la aplicación de las evaluaciones. Por eso, la SEP no podía permitirse que en el marco del cambio de administración, el IEEPO quedara sujeto al vaivén de alguna flaqueza política o de alguna coyuntura a través de la cual los intereses de la Sección 22 pudieran filtrarse.
Por eso, con Cervantes Ayala al frente del IEEPO buscaron mantener a flote los temas y los espacios más relevantes a pesar de que en varios momentos parecía que la 22 podía retomar espacios que antes le habían sido ya arrebatados.
MANTENER LOS EQUILIBRIOS
Con el cambio de administración, sin embargo, sí hubo algunos cambios menores en el instituto educativo. Las cuestiones administrativas ordinarias del Instituto quedaron en manos de un nuevo grupo, que intentó ganar espacios e influencia en las decisiones educativas. En no pocos momentos, se apreció que algunos movimientos magisteriales eran impulsados desde algunas áreas del Instituto, que pretendían debilitar las posiciones de Cervantes Ayala como Director General del IEEPO, tales como las áreas administrativas o, particularmente, la Coordinación de Educación Preescolar, a la que había llegado —también impulsada desde la SEP— Gabriela Santoscoy, quien es pareja sentimental de Cervantes.
Esos escarceos tenían —como se dice coloquialmente— “el sello de la casa”; pero esa misma era la razón por la que finalmente el Director General no podía ceder ante un grupo interno que pretendía establecer algunas alianzas coyunturales con la 22, para tratar de hacer caer a Cervantes Ayala de la Dirección General y —según ellos— terminar de tomar el control del instituto educativo.
Nada de eso ocurrió. Y por eso, de entrada, es un signo alentador el nombramiento de Francisco Ángel Villarreal como nuevo titular del IEEPO, ya que éste de entrada es un personaje no identificado con ninguno de los grupos que pugnaban por hacerse del control del IEEPO, y que sí llegaron a generar algunos conflictos que impactaron en la gobernabilidad, por los recelos mutuos respecto a las posiciones políticas dentro del instituto.
En esa lógica, otro aspecto que debe ser valorado en una dimensión más amplia, es la confianza que debió tener la Secretaría de Educación Pública en el Gobierno de Oaxaca —y en Ángel Villarreal— para establecer este nuevo proceso de transición en el IEEPO pues, de nuevo, no se trata sólo de personajes o talantes políticos, sino sobre todo del inicio de un proceso de “devolución” —que seguramente será gradual— de las responsabilidades políticas y administrativas relacionadas con el control de la educación pública en la entidad, que en 2015 le quitó a Oaxaca al hacer una especie de consideración, de que sus gobiernos habían actuado irresponsablemente en la conducción de la política educativa y la relación con la Sección 22 del SNTE.
Ahora, los nuevos funcionarios deberán ser cuidadosos en el manejo de la educación y la gobernabilidad. El IEEPO, por su naturaleza y circunstancia, tiene esa doble misión, que ahora deberá llevarse a los hechos.
VAN POR LA CIUDAD
Tanto el ex secretario de Economía, Jesús Rodríguez Socorro, como la ex titular del DIF Estatal, Mariana Nassar Piñeyro, anunciaron su intención de buscar la candidatura del PRI al Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. El primero fue irrelevante en su función, mientras que la segunda demostró ser una de las más activas en sus responsabilidades, y de las más apreciadas por el gobernador Alejandro Murat, y por la señora Ivette Morán, quien incluso en redes sociales le dedicó un cálido mensaje de gratitud y reconocimiento, que —evidentemente— es una pauta fundamental para saber hacia dónde apuntará la candidatura priista en Oaxaca de Juárez.
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