Pasaron las elecciones y los asuntos más importantes de la entidad permanecen en silencio. Ninguno de los candidatos ganadores emitirá opinión alguna, por ahora, sobre la violencia que vive la entidad, o sobre los seiscientos y tantos millones de pesos perdidos por parte del gobierno estatal y que nadie sabe a dónde se fueron.
Atrás quedaron los días donde los candidatos mostraron el mejor ángulo de su rostro para parecer agraciados frente a los electores.
Todos los suplicantes ganadores, sin excepción, aseguran que estas elecciones se desarrollaron con pulcritud, elegancia, limpieza y finura, mientras los chairos guardan silencio ante las ficciones de San Andrés Manuel, porque no saben dónde meter la cola. Hoy se dan cuenta que todo lo que pelearon, que todo lo que agredieron, que todo lo que no pudieron justificar en campaña, resultó verdad: que ni la gasolina bajará, que el avión presidencial no se venderá, que el aeropuerto internacional no se va cancelar, que el Estado mayor presidencial continuará como siempre, y que el ejército tampoco regresará a los cuarteles como lo prometió en campaña el chipocles de los chairos.
Hay que decir que esas declaraciones fueron hechas por los hombres que gobernarán en el próximo sexenio. Aquí surge una pregunta ¿a quién le vamos a creer, a los hombres que integrarán el próximo gabinete, o a las promesas que hizo el presidente electo en campaña?
¡Qué rápido surge el desencanto! Los seguidores de AMLO se están dando cuenta que la República amorosa se convertirá bien rápido en República achacosa.
Eso de “no robar, no mentir, no traicionar al pueblo” fue otra verdadera vacilada. Los proyectos del Partido Revolucionario Institucional continuarán intactos.
Lo cierto del asunto, es que López Obrador comenzó a gobernar desde antes de que se terminaran de contabilizar las boletas electorales; y como nunca en la historia de este país, fueron destapados los hombres más importantes que formarán parte del gabinete presidencial. Con esto, el Presidente de la República Enrique Peña Nieto y sus secretarios, quedan desdibujados ante la proyección que hace Televisa de los hombres que gobernarán durante los seis años siguientes.
Desde el canal de las estrellas, estos futuros secretarios han salido a informar lo que será y lo que no será en el sexenio pejista para que nadie se sorprenda.
Aún faltan muchas secretarías por designar a los responsables, pero se oyen nombres. Mientras tanto, se hacen apuestas donde aseguran quiénes serán los buenos en el próximo gabinete.
Es más, muchos espanta zonzos, aseguran que se irán a trabajar muy cerca de elegido, con tal de hacerse populares o tener seguidores babalucas, buscadores de favores.
Otros más, hacen apuestas porque creen saber quiénes serán los buenos y con quiénes hay que estar cerca para sentir el fogón.
Al paso que van las cosas se escogerán a los hombres mejor portados, a los limpios de pecado, a los que ahora gozan de autoridad moral, y seguramente al pueblo no se le hará justicia. ¿Ustedes creen que a Salomón Jara se le juzgue, cuando ya tiene un pie dentro de la Cámara de Senadores?
Pero no se preocupen, para que México viva en paz, se van a elegir a personajes semejantes, porque de otra manera, cómo garantizar la tranquilidad que necesitamos los mexicanos.
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