Las líneas para decidir la dirigencia del PRI en nuestro estado, según diferentes personajes relevantes de este partido consultados, tenían dos rutas probables: 1.- Al presidente Enrique Peña Nieto le interesa de verdad recuperar Oaxaca para su partido en el 2016 2.- No le interesa la entidad para el PRI, menos con su Sección 22 del magisterio, y sólo le da una embarrada al tricolor –vía el dirigente nacional, César Octavio Camacho Quiroz- para que se las arreglen solos en el estado los priistas locales.
En cualquiera de los dos escenarios, es necesario considerar la verticalidad como esencia de ese partido, es decir, la obediencia a los mandatos de una estructura vertical de mando, cuya cúspide es hoy como en los tiempos más severos del priismo, el presidente Peña Nieto, lo cual en cristiano significa que la decisión del candidato final la tomará el presidente de la República, en cualquiera de los dos escenarios. De esta manera, si el mandatario federal hubiera querido enrutar seriamente el triunfo electoral del 2016, habría optado por colocar en el liderazgo estatal a un personaje directamente nombrado por él, en una convocatoria a través de Camacho Quiroz a los principales actores locales más alebrestados como los ex gobernadores José Nelson Murat Casab y Ulises Ernesto Ruiz Ortiz en primera línea, así como a otros de menor calado como Heliodoro Carlos Díaz Escárraga, Jorge Venustiano González Ilescas, Francisco Ángel Villarreal, el propio Héctor Anuar Mafud Mafud, y demás para decirles algo así como “el presidente quiere que Fulano de Tal sea el dirigente ¿alguno de ustedes tiene inconveniente?” ¿Cuál piensa Usted, amigo lector, que habría sido la respuesta de cualquiera de ellos? Una vez nombrado este hipotético dirigente, la labor lógica habría sido viajar a cada una de las regiones y núcleos de población electoralmente importantes para recabar los requerimientos y necesidades de esos grupos sociales para encausar sus reclamos a través de los delegados federales a la disposición del PRI: Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) con Rafael Navarrete Quesada; Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Sofía Castro Ríos; la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Jorge Toledo Luis, etcétera, y de esta manera alinear los respaldos de esas delegaciones federales a un liderazgo emanado del mismísimo presidente de la República a través de su enviado a encabezar su partido en Oaxaca. Sin lugar a duda, la rentabilidad política de una estrategia de esa índole sería la absoluta y segura recuperación de Oaxaca para el PRI en el 2016, ante la falta total de proyecto sucesorio por parte del gobierno actual.
SIN EMBARGO, FUE MAFUD
La toma de decisión a favor de Mafud para ser el dirigente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI refleja la aplicación de la segunda premisa, es decir, Oaxaca no juega en el ánimo del presidente para su plena recuperación en el 2016, pues si bien el elegido tiene interlocución con todos los actores, realmente es un político muy gris en su actuar; se da por sentado su falta de actividad o dinamismo político, pero sin duda es un personaje del “sí, señor”, es decir, de la obediencia absoluta a los preceptos dictados desde arriba. Y no es que cualquiera en ese lugar no se discipline a la verticalidad priista, sino el doblez de Mafud representa una maleabilidad requerida para los momentos de confrontación; digamos, él no se va a pelear con nadie, pero tampoco tomará decisiones propias. Fuentes de esta columna comentan como al soltar la dirigencia nacional tricolor a Oaxaca, se consultó a Murat y Ulises en primer término quien pudiera ser un personaje de transición viable para ellos, y en esa consulta salieron de la jugada Jorge González Ilescas por ser “demasiado” muratista, así como Ángel Villarreal por los enconos al interior del PRI contra el presidente municipal capitalino, José Javier Villacaña Jiménez. Por supuesto, el plan de crecimiento electoral para el PRI a través de los delegados federales está plenamente descartado para un liderazgo como el de Mafud, y en realidad es Mafud como pudo ser cualquiera, lo único buscado por la dirigencia nacional fue la menor confrontación posible. Peor está su compañera de fórmula para la Secretaría General, Elizabeth Acosta López (Liz Acosta), quien no sólo no representa ninguna cualidad de convocatoria electoral, ella misma perdió recientes procesos electorales, sino ha mostrado un carácter de confrontación y choque hasta con periodistas. Así, la dupla Mafud-Liz Acosta es muy mediocre y de muy bajo perfil, justo para que se puedan mover todos los locales a sus anchas, quienes una vez designado por la cúpula un candidato final, sin duda se sumarán todos a la cargada, sea quien sea.
LAS PROBABILIDADES DE LOS CANDIDATOS
Una vez tomada la decisión –prácticamente- de la dirigencia estatal, los escenarios se acomodan para quienes suenan y figuran como pre candidatos a gobernador del estado, lo cual tiene muchas aristas para el análisis. Hoy por hoy está en la palestra Alejandro Ismael Murat Hinojosa, hijo del ex gobernador, quien tiene a su favor muy claramente ser del círculo cercano al presidente Peña Nieto; es su amigo personal, ha sido su colaborador y según diferentes fuentes, tiene una gran capacidad particular mostrada en su poco tiempo dentro de la administración pública. Tiene un pero ya comentado en esta columna, acentuado conforme pasa el tiempo: no es originario de Oaxaca, pues nació en Tlanepantla, Estado de México, además de no cumplir con el tiempo constitucional necesario para ser candidato, el cual es de cinco años de residencia ininterrumpida en el estado. Algunos han mencionado que podría obtener una carta de residencia por ese lapso en la capital, la cual debería estar firmada por el edil Villacaña, y eso le daría valor legal; sin embargo, en septiembre de 2011, el mismísimo Peña Nieto le otorgó un fiat como notario provisional en el Estado de México, con exigencia de residencia legal ese año en esa entidad, y para el 2012 le otorgó el fiat definitivo también con la exigencia de la residencia ahí en ese año. De esta manera, sólo contaría con 4 años de residencia oaxaqueña hasta el 2016, asunto que le impediría de manera constitucional ser candidato a gobernador en nuestro estado. Hay otra ruta, más complicada pero no imposible, de cambiar la Constitución local para bajar la residencia legal a cuatro años para una candidatura, pero sería un movimiento percibido públicamente a modo. El otro personaje que ha tomado vuelo destacado a la sucesión estatal es Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, quien sin lugar a duda ha aprovechado la posición nacional de director nacional de Liconsa para impulsar su probable candidatura, además de ir logrando un acercamiento gradual con el presidente Peña, luego de que su única palanca política inicial era Luis Videgaray Caso, actual Secretario de Hacienda y Crédito Público; sin embargo, hay quienes consideran la sobre exposición pública como algo visto en negativo por Peña Nieto y eso le daría desventaja en una decisión final, aparte de los negativos propios de Héctor Pablo en las encuestas.
OTROS EN LA JUGADA
Dentro del PRI están en la jugada sucesoria los diputados federales Samuel Gurrión Matías y Martín de Jesús Vásquez Villanueva, quienes a través de una labor política al interior del estado están creando una plataforma cada vez más amplia; sin embargo, se antoja indispensable que logren una posición a partir del próximo año desde donde puedan continuar su esfuerzo sucesorio, porque se les termina el mandato de la diputación federal; sin cargo se antoja difícil continuar con una pre campaña. Se han metido también apoyados por diferentes corrientes dentro del PRI local y nacional, los dos José Antonio, Estefan Garfias y Hernández Fraguas. El primero, Estefan, como integrante del grupo de Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, sin lugar a duda, con gran ascendencia en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, pero sobre todo, para cerrar el paso a los Murat. La ruta de Estefan requiere pasar primero por la diputación federal en el 2015, sin duda, para asentar sus posiciones electorales de futuro, pero no por votos en su natal distrito de Tehuantepec, por una sencilla razón: Al representar intereses contrapuestos a los Murat, sin duda los ediles de Santo Domingo Tehuantepec, Donovan Rito García; y de Salina Cruz, Rosa Nidia Villalobos González, jugaría plenamente en contra del proyecto Estefan. El caso de Hernández Fraguas es muy semejante, porque su ruta a la diputación federal como escalón enfrente para crecer hacia la candidatura 2016 al gobierno estatal, es casi una necesidad, pero si la peleara en votos por el Distrito 8 Oaxaca, muy probablemente tendría en contra al presidente municipal Javier Villacaña, por las razones detalladas más adelante; Hernández Fraguas se mueve actualmente en los niveles de cúpula priista al ser representante de ese partido ante el IFE, le ha tocado degfender con éxito lo de Monex y Soriana, entre otras cosas. Por lo tanto, en ambos casos de los Pepe Toños la vía es la plurinominal. Una carta más dentro de los probables contendientes locales es el titular de la Secretaría General de Gobierno, Alfonso Gómez Sandoval, pero la falta de resultados con la Sección 22 y la propia naturaleza de esa dependencia de llevarlo siempre a la baja, casi lo descarta.
EL FACTOR VILLACAÑA
Ya habíamos comentado el trascendido de una acuerdo entre los ex gobernadores de Oaxaca, Murat y Ulises, con el actual edil Villacaña de apoyarlo con tal de no subirse a la candidatura a gobernador en el 2016, pero el presidente municipal se ha comenzado a convertir en una carta del PRI en su contexto a la vista, es decir, Javier se puso en una vitrina y está luciendo. Pero sobre todo, es una carta del gobierno de Gabino, muy probable como el híbrido necesario para entregar el poder de regreso al PRI en la próxima elección. Hay una extraordinaria relación entre el gobierno de la ciudad y el mandatario estatal, apoyos y lucimientos conjuntos. Por supuesto, deberá resolver el presidente Villacaña los pendientes con Luis Julián Ugartechea Begué, sobre todo con algunos de sus funcionarios a quienes les han detectado irregularidades. Pero por otra parte, envían un dato a esta columna respecto a que en sus últimos meses al frente de la Tesorería Municipal, el tesorero anterior, Fernando Félix Clímaco, contrató un despacho para que le auditara los ejercicios a su cargo, y el titular de ese despacho era nada menos que su actual sucesor, Carlos Melgoza Martín del Campo. Es decir, cómo podría actuar en contra de Félix Clímaco el hoy Secretar, sde Finanzas del Ayuntamiento de Oaxacarcicios a su cargo, y el titular de ese despacho era nada menos que sua ctual residenteio de Finanzas del Ayuntamiento de Oaxaca, si él le hizo las revisiones como particular ¿Sabrá eso el presidente municipal de Oaxaca de Juárez? Y es que Villacaña Jiménez debe llevar a puerto seguro cada detalle de su mandato para poder presentar una carta impecable al momento de las decisiones, independientemente de los compromisos de campaña, por lo tanto, necesita que su revisión al pasado sea muy transparente y sin sesgos. jaimelabc22@gmail.com