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Buendía fue un innovador como profesional de las oficinas de prensa y como columnista, contribuyendo en ambas especialidades a modernizar funcionamientos. A partir de sus clases de periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM desde 1973 desarrollo nuevos enfoques en materia de distribución de la información; profesionalizó el oficio de redactor de boletines, convirtió las oficinas en puertas abiertas a las dependencias y dio el paso adelante al configurar una teoría mexicana de comunicación social. En su libro Ejercicio periodístico, recopilación de textos, conferencias y ensayos, documentó las tareas de comunicación más allá de la distribución de boletines. En ese sentido fue un pionero en la fundación de revistas de circulación interna en oficinas de prensa; en el Conacyt creó las revistas Ciencia y Desarrollo, Comunidad Conacyt y Conexión, dando también importancia a la comunicación interna entre funcionarios y trabajadores y empleados.
En sus clases y en algunas conferencias Buendía introdujo la comunicación social como parte de la acción política y como categoría de la información. Sus textos sobre la comunicación y la seguridad nacional, el ejército y los partidos abrieron nuevos frentes de indagación sobre los efectos de los mensajes en la sociedad, aunque en el fondo no hubo seguimiento político porque las dependencias públicas siguieron moviéndose en los parámetros tradicionales. De todos modos, a nivel de profesionales de la información, Buendía consiguió imponer una agenda de debate.
A base de un trabajo en el género de la columna desde 1958 en que inició con la columna Red Privada, Buendía marcó un quiebre en estilos. A finales de los cincuenta y toda la década de los sesenta, la columna política era un complemento menor en los medios. La columna más importante en esos años era la del periodista Carlos Denegri en Excelsior, un reportero con capacidad de movilidad internacional. Su columna Desayuno Político en Excelsior operaba un instrumento de gobernación del PRI y era redactada en la Secretaría de Prensa del CEN del PRI, entonces a cargo del publirrelacionista Francisco Galindo Ochoa. Las columnas en esa época servían para sondear la opinión dentro del sistema político priísta y para enviarse mensajes entre políticos. Denegri fue asesinado por su esposa en diciembre de 1970 y con él se fue un estilo de periodismo.
Buendía ya escribía su columna en La Prensa a finales de los cincuenta pero ese diario no tenía penetración periodística en la clase política. El estilo de Buendía ya presentaba novedades: información privilegiada, análisis de hechos políticos, decodificación de los mensajes del poder, algo de prospectiva política y un enfoque progresista a partir de los intereses del Estado y no del gobierno en turno. La circulación de La Prensa estaba atada a su prioridad como periódico policiaco y popular; inclusive, Buendía se inició como reportero en La Prensa encargándose de una parte de la información policiaca, en donde aprendió a indagar las noticias, investigar los trasfondos y depurar su estilo de redacción. De 1953 a 1958 fue ascendiendo en el escalafón del diario.
El salto cualitativo en el estilo de la columna política no fue sucesivo –pasar de Denegri a Buendía– sino que venía de atrás, traslapándose aunque sin efectos similares, sólo que con poca capacidad de penetración por el estilo popular de La Prensa y mayor circulación política de Excelsior. Luego de Red Privada en La Prensa, Buendía se incorporó a los cuadros profesionales de El Día y ahí comenzó su columna Para Control de Usted en 1964, finales del gobierno de López Mateos y elección de Díaz Ordaz. La estructura de la columna representaba una especie de reporte de análisis de la noticia pero con aportación de elementos informativos no públicos pero reales: algo así como un memorándum interno sólo para la lectura del jefe. Era una reproducción del trabajo temporal que realizó Buendía en el periodo 1963-1964, de su salida de La Prensa y su incorporación a El Día: en esos meses intermedios, Buendía realizaba un reporte de análisis noticioso diario para lectura exclusiva del presidente López Mateos; ya instalado en El Día le dio a su columna el formato de reporte: el concepto de la columna Para control de usted era de información exclusiva para una persona, sólo que dirigido al lector. El estilo de redacción tomaba una información y la iba desglosando a lo largo de los párrafos. En ese tiempo Buendía había detectado la existencia de un mundo de intereses al interior del sistema político priísta, sobre todo en la consolidación de grupos conservadores.
La capacidad de difusión de las columnas Red Privada en La Prensa y Para Control de Usted en El Día, de 1958 a 1972, era menor a la de Denegri en Excelsior, entonces el diario más importante del país. Sin embargo, las columnas de Buendía tenían lectores dentro de las estructuras de poder. Asimismo, la temática referida a la defensa del Estado progresista y la denuncia de las presiones al Estado por el empresariado, la jerarquía católica conservadora, el PAN, la ultraderecha, el gobierno de los Estados Unidos y la CIA le redujeron de modo natural su espectro de lectores colocándolo más en el sector de la opinión pública interesada pero minoritaria.
En 1973, ya con el país polarizado por el discurso del presidente Echeverría y el activismo creciente de la derecha –bombazos en el periódico El Día y Excelsior revelaron la dimensión del conflicto–, Buendía dio otro paso adelante con la columna dominical Concierto Político de una plana en periódico estándar: comentarios bajo espacios subtitulados con el lenguaje de las partituras musicales, siempre con el mismo estilo de analizar, descubrir, aportar pistas de interpretación y contextualizar. La política progresista-populista de Echeverría había de alguna manera polarizado la vida política nacional, sobre todo por su acercamiento a Cuba, al gobierno socialista chileno de Salvador Allende y al grupo de los Países No Alineados.
Al finalizar 1976 Buendía tomó una decisión fundamental: abandonar su empleo en oficinas de prensa y dedicarse de tiempo completo a su columna política; la Agencia Mexicana de Información, del periodista José Luis Becerra, había introducido el modelo de la sindicación de columnas, es decir, su venta masiva a periódicos y revistas del interior de la república. Así, los columnistas no trabajarían para un diario sino que reproducirían sus trabajos en multitud de diarios logrando ingresos diversificados importantes para su independencia.
Pero si bien los columnistas lograban independencia de criterio al sindicalizar sus columnas y no depender de un solo empleador, de todos modos los mecanismos de censura del aparato político seguían operando. Así, Buendía comenzó su fase independiente en enero de 1977 escribiendo Red Privada –el título y estilo de columna que había comenzado en La Prensa– para El Sol de México, en agosto de 1978 salió de este diario por una censura y pasó unos cuantos meses a El Universal de donde salió también por censura; a finales de 1978 arribó a Excelsior y ahí escribió, a veces en momentos de tensión editorial por políticas del diario, hasta su asesinato en 1984.
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