Gerardo Ruiz Esparza, Secretario de Comunicaciones y Transportes, debe ser investigado por la Secretaria de la Función Pública y por la Fiscalía de Morelos para que responda por los errores cometidos en la construcción del llamado “Paso Exprés”, rebautizado como “Paso de la Muerte” a causa de la tragedia ocurrida la semana anterior, cuando ya inaugurado, cortados los listones de rigor, lanzados los discursos del Secretario Ruiz Esparza, el pasado mes de abril asegurando que el libramiento seria “resistente”, sensible al calor, la lluvia y que el concreto asfáltico garantizaría mayor resistencia. Además, agregó, se construyó drenaje especial para que, en caso de ocurrir lluvias torrenciales, hoy llamadas “atípicas” por Miguel Ángel Mancera y Gerardo Ruiz Esparza, el agua circulara por la carretera con fluidez.
Lo anunciado por el secretario aquel mes de abril no ocurrió, tampoco sucedió cuando el Presidente Peña Nieto declaró inaugurada la obra carretera. Se trató de una sarta de mentiras que les costó la vida a dos personas que confiaron en las declaraciones gubernamentales, la del secretario y la del Presidente.
Padre e hijo enterrados en vida a causa de un socavón que se los tragó instantáneamente, desmintieron fatalmente las afirmaciones oficiales.
Si Gerardo Ruiz Esparza confiaba en continuar ascendiendo en la carrera política, más le valdría olvidar tales anhelos, tanto en el Estado de México, como en el gobierno federal. Su epitafio político ya lo escribió la opinión pública que engañada, ofendida y lastimada por el titular de una Secretaria de estado exige el cese fulminante del secretario al Presidente Peña Nieto.
Los primeros movimientos de la SCT ante el enojo público fue retirar los anuncios en los que se agradecía al Presidente Peña Nieto la construcción del “Paso Express”, hoy “Paso de la Muerte”.
Gerardo Ruiz Esparza, tratando de acallar la protesta pública cesó al delegado de la SCT en Morelos, ex-empleado académico en el Harmon Hall; y posteriormente contratado para el cargo de delegado federal en Morelos, cargo que no se obtiene con facilidad; la mayoría de las veces se necesita la intervención e influencia del gobernador de la entidad y la del secretario de la dependencia federal.
¿Solicitaría el gobernador Graco Ramírez al secretario de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, el nombramiento de José Luis Alarcón Ezeta, como Delegado Federal de la SCT en Morelos? Sería conveniente que la investigación de la Fiscalía de Morelos diera a conocer tamaña barbaridad cometida en aras del “amiguismo”, que cobró dos vidas por negligencia e irresponsabilidad de los que directamente están encargados de la correcta construcción de la obra.
Hay un video que deja sospechas debido a las explicaciones que hizo Ruiz Esparza, cuando recorría el Paso Exprés a bordo de su camioneta. Presentó al ingeniero Clemente Poon, Director General de Carreteras y a José Luis Escobedo, Director General del Centro SCT en Morelos, a quienes el secretario Ruiz Esparza señaló como “los responsables de la ejecución de la obra”. Presentación que pareció más un deslinde que una cortesía del secretario.
¿Coincidencia de elementos, premonición o anticipado demarque de Gerardo Ruiz Esparza? Eso no lo sabremos jamás, solo quedará la sospecha de un comentario que hoy parece señalamiento acusador de la tragedia.
Ante los lamentables hechos el Presidente Peña Nieto ordenó que los funcionarios públicos encargados de supervisar la obra sean separados de sus cargos, a fin de realizar las investigaciones correspondientes, “y será, cuando se tengan los peritajes y la investigación realizada, lo que permita deslindar las responsabilidades que hubiera en el caso”.
Un poder judicial que funcionará como equilibrio ante el poder ejecutivo (pesos y contrapesos) no tardaría mucho en emitir su juicio sobre lo sucedido, toda vez que la negligencia gubernamental y la ineptitud de la empresa encargada de la obra son claros vicios arraigados en la administración gubernamental actual que reparte y adjudica licitaciones al mejor postor.
Reglamentos que no se cumplen por la irresponsabilidad de una pésima administración arroja negativos originados por falsos principios plagados de mentiras y corrupción que ahora lamentamos.
Intentar “tapar el sol con un dedo” como lo está tratando de hacer Ruiz Esparza es ridículo. El discurso para explicar lo que no tiene explicación hace ver al secretario de la SCT como un tipo que se quiso pasar de listo haciendo negocios en el cargo que le fue asignado por el presidente de la república.
Es por ello que tratar de “tapar el sol con un dedo” suena insensato provocando el enojo de la opinión pública, que está siendo tratada por el secretario como si fuera incapaz de tener idea clara de lo que ha sucedido.
La lista de los tropezones, de los equívocos, de las torpezas, de las corrupciones, de las irresponsabilidades sucedidas en el gobierno actual, crecen y cada vez son más graves; pero que al mismo tiempo permiten avizorar lo que les espera a los que han abusado de la nación y que se han enriquecido con el mayor de los cinismos.
La sucesión se acerca y con ella los tiempos de rendir cuentas a una nación que ejercerá el voto y juicio de condena contra quienes se han embolsado los dineros públicos. No cabe duda que la tragedia del “Paso de la Muerte” fue el “último clavo que faltaba” en el ataúd del PRI. Gerardo Ruiz Esparza lo acaba de clavar.
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