El asunto no fue anecdótico ni se redujo a una estampita del resentimiento histórico contra la iglesia que torturó a los indios. Andrés Manuel López Obrador manipuló su encuentro con el papa Francisco en Roma para usarlo como propaganda personal y de paso amarrarle las manos políticas en su visita a México en febrero próximo.
Con habilidad, López Obrador dio dos pasos audaces:
1.- Provocó que el papa Francisco violara la Constitución mexicana porque el inciso E del artículo 130 Constitucional señala claramente que “los ministros (de las iglesias) no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”. En los hechos, López Obrador difundió su foto con el papa como parte de su propaganda política. Con ingenuidad, el papa cayó en una celada de López Obrador con la complicidad del arzobispo primado Norberto Rivera Carrera que le consiguió el encuentro a sabiendas de que se iba a violar la Constitución.
2.- Y de paso, López Obrador neutralizó cualquier intento de alguno de los precandidatos presidenciales mexicanos de acercarse al papa con intenciones de propaganda electoral, porque Francisco ya fue avisado de que cometió un delito y que podría volver a violar la Constitución si se reúne con algún precandidato. El problema será su reunión con el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, porque es también precandidato presidencial para el 2018 y la foto de los dos violaría la constitución.
De acuerdo con la ley, la Secretaría de Gobernación debería de multar al papa Francisco por ayudar a la campaña política de López Obrador, porque al final de cuentas la ignorancia de la ley no anula la violación y el castigo. Para evitar otros incidentes, el papa Francisco debería llegar a México, ser recibido por el presidente Peña Nieto y no reunirse para la foto con ninguna otra persona que aparezca en la lista de aspirantes presidenciales para el 2018.
El asunto, sin embargo, tiene dobleces: como potencia mundial metida en la geopolítica del poder transnacional –los sacerdotes mexicanos dependen del papa, es decir: de un gobierno extranjero–, la iglesia católica como Estado Vaticano tiene intereses de seguridad nacional en México, sobre todo por la agenda de derechos de minorías sexuales que representan enfoques contrarios a las reglas del catolicismo.
La otra cosa que López Obrador no ha aclarado ha sido su intención oculta en el encuentro en Roma. El tabasqueño no es católico sino protestante de la iglesia del Séptimo Día. Y aunque el Vaticano desarrolla una relación ecuménica con todas las religiones, López Obrador no vaciló en manipular la figura del papa Francisco para sus intereses electorales.
Desde Roma podrían también llamar a cuentas al arzobispo Rivera Carrera porque ayudó a López Obrador a encontrarse con el papa Francisco a sabiendas de que el prelado del Vaticano estaría violando las leyes; una cosa es que la iglesia se pase las leyes civiles por la cúpula de San Pedro y otra cosa que el arzobispo Rivera haya matado dos pájaros con la piedra de López Obrador: ayudar al tabasqueño a ganar el apoyo del vaticano en su lucha con la presidencia y desquitarse del gobierno mexicano y de Roma porque lo han dejado marginado de las relación entre el Vaticano y el gobierno mexicano.
Sólo para sus ojos:
- Sorprendió en círculos del poder la reacción inmediata del gobernador poblano panista Rafael Moreno Valle ante los linchamientos en el municipio priísta de Ajalpan. Su discurso llevó destinatarios nacionales, no sólo locales.
- Pues todo indica que Marcelo Ebrard Casaubón prepara su regreso a México para construir su candidatura independiente a la presidencia en el 2018. Al final, dicen sus allegados que el jefe de Gobierno Mancera “no se atrevió a encarcelarlo”.
- La elección anulada en Colima tuvo dos damnificados: el líder actual del PRI Manlio Fabio Beltrones porque no supuso que la perderían y el exlíder priísta César Camacho que dejó muy descuidado el expediente.
- Que al final de cuentas la TV concesionada no será el gran negocio que se esperaba, como lo reveló el cierre de la Cadena 3 de Olegario Vázquez Raña.
- Como se esperaba, el caso Iguala-Cocula-Ayotzinapa ya pasó a segundo plano sin que el gobierno mexicana haya perdido más. La tozudez de Emilio Álvarez Icaza dañó a los padres de los 43 normalistas.
@carlosramirezh