El papa Benedicto XVI violará su propia norma este fin de semana al beatificar al cardenal John Henry Newman, un renombrado anglicano converso del Siglo XIX que tuvo gran influencia sobre la Iglesia católica romana.
La beatificación durante una visita oficial del Papa a Gran Bretaña podría desatar nuevas tensiones entre la iglesias, ya enfrentadas por asuntos como la ordenación de mujeres y obispos homosexuales.
El Papa pondrá a Newman un paso más cerca de los altares cuando presida su beatificación el 19 de septiembre, la principal razón de su viaje de cuatro días. Es la primera vez que Benedicto celebrará una beatificación; de acuerdo con sus propias reglas, los papas no beatifican sólo canonizan.
Se trata de una excepción importante para el profesor alemán, quien suele seguir las reglas con rigidez. Es un riesgo calculado que destaca la posición de Benedicto sobre Newman, a quien considera un modelo crucial para los cristianos en un momento en el que la cristiandad ha perdido adeptos en una Europa cada vez más secular.
“Su personalidad y sus enseñanzas podrían ser una fuente de inspiración para el ecumenismo en nuestro tiempo de las que todos nosotros podemos aprender”, dijo Benedicto en la víspera de su viaje. “Es mi deseo y mi plegaria que más y más personas se beneficien de su dulce sabiduría y se inspiren con su ejemplo de integridad y santidad”.
Para muchos anglicanos, la imagen del Papa viajando a Gran Bretaña con el principal propósito de beatificar a una figura que le dio la espalda a su Iglesia no es buena.
El Papa ha protagonizado episodios conflictivos en sus viajes al extranjero, dio un discurso en Alemania en el que pareció insinuar que Mahoma envió un mensaje de violencia o al sugerir que los condones dificultaban la lucha contra el sida.