Hace un año el mundo fue sacudido por la noticia de la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como nuevo Papa, tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI.
Además de ser el primer líder del mundo católico que proviene de América Latina y de las filas jesuítas, Francisco —nombre que eligió el prelado— ha emprendido una reforma de las estructuras anquilosadas y corruptas que desprestigiaron en los últimos tiempos al Vaticano y a la Iglesia, sobre todo por los casos, aún impunes, de abuso de menores.
En cuanto a México, la elección de Francisco ha traído el reforzamiento de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, las cuales atraviesan por el mejor momento de su historia, de acuerdo con el embajador Mariano Palacios Alcocer. En entrevista con El Financiero, el representante mexicano ante la Santa Sede aseguró que los vínculos con nuestro país han registrado en el último año momentos tan importantes como el nombramiento de monseñor José Carlos Patrón Wong como secretario de seminarios de la Congregación para el Clero, el cargo de más alto rango para un mexicano en la Curia Romana y de más cercanía con el pontífice.
En el nuevo impulso que Francisco está dando al trato con la jerarquía católica del país, el domingo se informó que cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, formará parte del Consejo para la Economía creado este mismo mes en el marco de la reforma a la burocracia eclesiástica, mientras que en mayo, los obispos de las 91 diócesis se reunirán con el Papa en el Vaticano para estudiar la situación en que se encuentran sus respectivas demarcaciones.
“Evidentemente se siente la diferencia de tener a un Papa latinoamericano, porque su conocimiento de la realidad histórica, cultural y sociopolítica del continente facilita mucho el entendimiento y la comprensión de los problemas tanto de los estados que estamos acreditados ante la Santa Sede como de la Iglesia en la región”, afirmó Palacios Alcocer.
Para el padre Mario Ángel Flores Ramos, rector de la Universidad Pontificia de México, durante los primeros doce meses de su papado, Francisco ha privilegiado, desde el primer momento, los signos de autenticidad que comienzan a devolver a la Iglesia su carácter como referente de autoridad moral.
Lo que ha tratado de hacer, explicó Flores Ramos, quien también es miembro de la Comisión Teológica Internacional de la Santa Sede, no es un cambio absoluto en la Iglesia —cuya doctrina es definida por el evangelio y no por los Papas—, sino construir una Iglesia más ágil, sencilla y cercana a la gente.
Consideró, en entrevista, que en su tarea personal, el pontífice prevé trabajar en otras regiones como Medio Oriente o en las naciones sin presencia significativa de la fe cristiana.
“Sin duda las reformas que ha emprendido el Papa Francisco continuarán, pero también es muy previsible que dedicará mucho mayor atención a elevar el perfil de la Iglesia en las regiones donde no tiene presencia y es por eso que no creo que realice un viaje pastoral a México, al menos en el corto plazo; porque sabe que es más importante visitar otras naciones”, dijo el teólogo mexicano.
El Financiero