El papa Benedicto XVI exhortó a los pueblos de Oriente mEDIO a “decir no a la violencia”, a “reconocer los errores” y a desterrar “la violencia verbal y física”, en un discurso ante responsables políticos y religiosos en Beirut, donde realiza una histórica visita.
El Papa habló en el palacio presidencial de Baabda, cerca de Beirut, en el segundo día de su estancia en este país.
Benedicto XVI centró su intervención en las condiciones religiosas y sociales que pueden favorecer la paz en la región, ensangrentada por la guerra en Siria y por violentas manifestaciones en países árabes contra una película considerada injuriosa hacia el islam.
El Pontífice pidió “desterrar la violencia verbal o física”. “Siempre es un atentado contra la dignidad humana, sea la del autor o la de la víctima”, afirmó, sin aludir directamente a los recientes disturbios que generó la difusión del filme.
“Hay que decir no a la venganza, hay que reconocer nuestros errores, aceptar las disculpas sin buscarlas, y en fin perdonar. Pues sólo el perdón dado y recibido sienta las bases duraderas de la reconciliación y la paz”, afirmó Benedicto XVI.
“En Líbano, la cristiandad y el islam conviven en el mismo espacio desde hace siglos. No es raro ver en una misma familia dos religiones. Si ello es posible en una familia, ¿por qué no lo sería en el conjunto de la sociedad?”, se preguntó el Papa.
Por su lado, el presidente libanés, Michel Suleiman, único jefe de Estado cristiano en el mundo árabe, pidió que en Oriente Medio la democracia “asegure a los diferentes componentes del mundo árabe, incluido el cristiano (…), participar en la vida política y en la gestión pública, independientemente de su proporción numérica, y sobre la base de la ciudadanía (…)”.
Benedicto XVI había abogado además por la “especificidad del Medio Oriente” que se halla en “la mezcla secular de diferentes componentes”.
En este contexto, “profesar y vivir libremente su religión sin poner en riesgo su vida y su libertad debe ser posible para todos”, afirmó el Papa.
“Las diferencias culturales, sociales, religiosas deben conducirnos a vivir un nuevo tipo de fraternidad (…) Este diálogo solo es posible al ser conscientes de que existen valores comunes a todas las grandes culturas”, añadió el Pontífice.
AFP