Francisco retomó hoy en la audiencia general de los miércoles la catequésis del Año de la Fe que estaba desarrollando su predecesor Beneedicto XVI, pero volvió a introducir la novedad de poner especialmente el papel de las mujeres en la religión católica, que reiteró desde que fue elegido, el 13 de marzo.
Ante una enorme multitud que se congregó en la plaza de San Pedro, en la que se destacaban centernaes de argentinos con banderas y seis mil entusiastas peregrinos venidos de Milán y encabezados por el arzobispo de la primer arquiócesis de Europa, cardenal Angelo Scola, que fue el primer rival de Jorge Bergoglio en el último Cónclave, el Papa argentino destacó:
“En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testimonios de la resurrección son recordados solamente hombres, los Apóstoles, pero no las jmujeres. Esto porque según la ley judía de aquel tiempo les mujeres y los niños no podían dar testimonios confiables, creíbles”.
“En los Evangelios, en cambio, las mujeres tienen un rol primario, fundamental. Los evangelistas narran simplemente lo que ocurrió: fueron las mujeres los primeros testigos de la Resurrección. Esto dice que Dios no elige según los criterios humanos”, agregó Francisco.
“Los primeros testimonios de la Resurrección son las mujeres y esto es bello. Esta es un poco la misión de las mujeres. De las madres, de las mujeres: ¡dar testimonio a sus hijos, a sus nietos, que Jesús está vivo, que es el viviente, el resuscitado!”.
El Papa argentino destacó que como “las mujeres, en la Iglesia y el camino de la fe, tienen hasta hoy un papel particular en abrir las puertas al Señor, en seguirlo y en comunicar su rostro”.
Desde que fue elegido obispo de Roma y Sumo Pontífice de la Iglesia, las palabras y los gestos de Francisco han creado un nuevo clima en la Iglesia, de sencillez, austeridad, primacía de los sentimientos y valores humanos, que han disparado una saludable popularidad de Jorge Bergoglio.
De todos estos gestos, muy criticados a través de Internet por los sitios tradicionalistas católicos, hay uno que es simplemente revolucionario: la decisión del Papa del jueves santo de lavar los pies a doce adolescentes presos en un reformatorio. Lavar los pies a los doce apóstoles, el gran gesto de humildad de Cristo en la Ultima Cena, se repite en una ceremonia en todas las semanas santas. En Roma el escenario habitual era la basílica de San Juan en Letrán, sede del Papa como obispo de Roma, su título original que legitima los otros.
Pero Francisco prefirió acudir a un reformatorio de jóvenes presos, lo cual ya implicaba una abierta anomalía para los espíritus más conservadores.
Su gesto revolucionario consistió en lavar los pies también de dos chicas, una de ella musulmana. Para los tradicionalistas fue un escándalo, una violación del depósito de la fe. Los apóstoles pueden ser solo hombres y no estar representados por mujeres. Peor aún si una de ellas es musulmana, una infiel.
La gran mayoría de los católicos recibieron con entusiasmo el gesto de humildad, generosidad y apertura del Papa, que prestigia al mundo católico.
La actriz Sofía Loren, que a los 78 años es dos años mayor que Francisco, contó en una entrevista que lloró de emoción con la elección del Papa argentino. Sofía, que sigue desplegando una serena belleza, sigue siendo un ídolo popular, en Italia y afuera. Dijo que las palabras y los gestos de Jorge Bergoglio la entusiasman.
Agencias